EN CÓMODOS PLAZOS
Nos han engañado con el lenguaje. Las consignas comerciales nos han poblado la vida de trampas. Todo está previsto para un hombre light, con filtro, ligero de equipaje.
Está en oferta el sabor rápido y suave de la vida, pero no el más hondo. Y su chispa, desde luego, no está en un refresco.
Supongo que escribo de viejos problemas y eternas búsquedas. Pero también supongo que en algún momento el mundo tiene escrito su día de pisar la meta de la que tanto hablaba y nunca llegaba: el amor.
Algunos ya lo han probado. Y digo algunos, porque con la de gente que hemos pasado hasta ahora por este planeta, el balance sale con déficit.
Con todo, se sigue en el empeño. Y eso que el suelo está como el de los cuartos de baño cuando se acaba de duchar un guarro, por más agua que se eche: todo perdido y con las toallas por el suelo, las toallas que han arrojado ya los que están cansados de tener más movidas sentimentales que un Grimaldi.
La cantante Isabel Luna, que como buena artista mide sensiblemente la temperatura ambiental, escribe hoy en su cuenta de facebook que en el mundo huele a soledad. ¡Ay, si la combatiéramos con profundos aromas de besos eternos!
No te borres nunca de nada que merezca la pena. No te rindas. Corre con Dios en busca de tu milagro. Pero no a costa de muchas facilidades de pago. La VIDA en mayúsculas no es en cómodos plazos, sino con grandes entregas.
José María Fuertes
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