Marcha por la Libertad del Pueblo Saharaui. Etapa 6. Lebrija- Las Cabezas de San Juan- Los Palacios 25 de Mayo
Juan Rincón.
Hoy hemos pasado de los primeros cien kilómetros de marcha. Tampoco es cuestión de contabilidades absurdas. No son kilómetros de carreteras. No son cataratas de pasos absurdos. No vamos sobre una cinta eléctrica de pasos deportivos. Son pasos con el corazón. Las piernas crujen y se desperezan pero ya no duelen.
Cuando la marcha verde de la traición española y marroquí invadió el Sahara Occidental, nuestros saharauis hermanos y hermanas tuvieron que caminar en algunos casos cientos de kilómetros y en otros mas de un millar para buscar amparo de Argelia mas allá de las fornteras. Caminaron mientras la aviación de Hassan II los bombardeaba con napalm, caminaron mientras el todavía precario contingente militar del Frente Polisario se enfrentaba en lucha desigual contra las tropas invasoras para cubrir la retirada de su pueblo. La masacre de la carretera Málaga-Almería, conocida popularmente como La Desbandada (en variante andaluza la Desbandá) fue un ataque a civiles por parte del bando sublevado ocurrido durante la Guerra Civil Española, el 8 de febrero de 1937, tras la entrada en Málaga de las tropas franquistas. Una multitud de refugiados que abarrotaban la carretera huyendo hacia Almería, ciudad bajo control del Ejército Popular Republicano, fue atacada por mar y aire causando la muerte a entre 3000 y 5000 civiles. Un testigo de la masacre, el doctor Norman Bethune, la llamó «doscientos kilómetros de miseria».
La población de Madrid, en 1939, sufrió masacres por el acoso de la aviación alemana mientras abandonaba la capital camino de los puertos del Mediterraneo.
Los y las caminantes somos de un pueblo que aun busca por las cunetas a los asesinados. Sabemos de acoso y de masacres. ¿Cómo no íbamos a caminar hoy 100, 200, 500 kilómetros por este pueblo hermano?
Hemos salido tempraneros de Lebrija . Hacía fresco y en nuestra cabecera marchaba un grupo de saharauis ya mayores con los pies y las rodillas fastidiadas que caminaban rápido como si el final de la caminata no fuera otro pueblo andaluz solidario como Las Cabezas o Los Palacios, como si estuvieran a punto de alcanzar El Aaiun liberado. Los jóvenes saharauis nos trajeron el recuerdo de la luchadora Sultana Haya. Que gran injusticia que su nombre no haya aparecido hasta hoy en nuestras consignas, que no hayamos recordado hasta hoy su resistencia infinita en los territorios ocupados, “¡Todas somos Sultana Haya! hemos gritado hoy un millón de veces. No se nos olvidará hasta que lleguemos a a Madrid.
Hoy hemos caminado poco pero charlado mucho, durante las paradas, las comidas y hasta en la jaima que montó la asociación local. Qué alegría sentir a un pueblo tan solidario como el de Los Palacios que venía a traer a la jaima sus niños y sus palabras.
R., uno de mis amigos caminantes, recobra por días su fe en la buena gente del mundo tras años de luchas, traiciones y derrotas. Yo, con su sonrisa franca, recupero las fuerzas y la esperanza.
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