Crónica de la agencia EFE sobre el libro «Soy raphaelista» de Marina Bernal
Raphael, el artista que hace soñar.
Sevilla, 23 feb (EFE).- “La humanidad ronca, pero el artista está en la obligación de hacerla soñar o no es artista”, pontificaba el escritor Enrique Jardiel Poncela y eso es lo que la periodista Marina Bernal sostiene que ha hecho Raphael, un artista que será distinguido el próximo 28 de febrero como Hijo Predilecto de Andalucía, al que considera «un fenómeno» en su ensayo biográfico «Soy raphaelista».
Marina Bernal, autora de otra semblanza biográfica de Rocío Jurado, ha dicho a Efe que la carrera del cantante linarense ha sido tan larga, sesenta años ya, como fiel ha sido la legión de seguidores que ha ido sumando en estas seis décadas.
Concebido inicialmente como “un regalo de cumpleaños” para el artista, Bernal repasa en «Soy raphaelista» (Sevilla Press), a partir de más de 35 entrevistas, testimonios y fotografías inéditas, la carrera del artista, probablemente junto a Julio Iglesias, más internacional que ha parido España en el último medio siglo y el movimiento que de él ha surgido: «el Raphaelismo».
Tal y como se lo expresó el artista a Marina Bernal y ella recoge en estas páginas: “Es una cosa que se lleva dentro y además no se deja nunca, como una droga beneficiosa que no hace daño”.
Para Bernal, es mucho más: “El Raphaelismo es un sentimiento de admiración y de respeto, pero también es una pasión que hace a los seguidores ir en el mismo barco que su artista”.
Aunque la idea inicial era “hacer un perfil humano de Raphael y un seguimiento de su carrera a través de la gente que le ha sido fiel estos sesenta años”, un hecho inesperado alumbró la idea de profundizar más allá en el genio de Linares y confeccionar este “ensayo biográfico”, como lo califica la autora.
“Conocí muy, muy bien a Rocío Jurado. Muchos seguidores suyos lo son también de Raphael. Y en una de las presentaciones de mi anterior libro, ‘Canta, Rocío, canta’, un fan me preguntó: ‘Marina, ¿y por qué no haces también un trabajo sobre Raphael?’”… Y así se puso manos a la obra.
Si hay algo que Bernal destaque por encima de todo sobre el artista, lo que a ella la hace ser ‘raphaelista’, es su ética de trabajo: “Lleva sesenta años consecutivos trabajando, haciendo giras y sacando discos. No existe otro fenómeno como él”.
Para ejemplificar la faceta concienzuda del cantante, relata una anécdota del festival que lanzó al estrellato a Raphael: “Cuando fue al festival de Benidorm, permaneció encerrado en el hotel los tres días que duró, como un monje de clausura, pensando que su futuro dependía de esa actuación. El resto de artistas se dedicaban a pasear por la playa”.
Raphael fue noticia tanto por su doble concierto en Madrid como por el que dio en Televisión Española en Nochebuena, convocando a miles de personas en el Wizink Center y a millones de espectadores frente a la pequeña pantalla. Todos ellos, de distintas generaciones. Algo que valora sustancialmente la periodista: “Lo que diferencia a Raphael de otros artistas es que va incorporando a sus seguidores los jóvenes de cada década. Su público está continuamente renovándose. Su creatividad y su constancia son únicas”.
Para alguien que comenzó a cantar a los cuatro años, que ganó su primer premio con nueve en Austria y que se consagró bajo el atento entusiasmo de Paco Gordillo, el ojo clínico que lo descubrió, no es opción cualquier otra cosa que no sea, como enfatiza la sevillana, “una férrea disciplina”.
Y lo mismo es aplicable a su capacidad para dejar huella. Cuando en la España de Franco aún estaba prohibido que los artistas actuaran en la Unión Soviética, Raphael se las apañó para dejar su firma escrita para siempre en la fría Rusia. Su doble concierto en 1971 en San Petersburgo y Moscú propició, como asegura Bernal, que “hasta la ministra de Cultura rusa fuera admiradora de Raphael”.
La obra recoge los testimonios de dos rusas que estuvieron allí presentes: Elena Voronina y Elena Abramova.
Voronina, integrante de la ‘Unión Raphaelista San Petesburgo’, relata que entró siendo una persona y salió siendo otra.
Abramova recuerda que Raphael provocó tal escándalo en Rusia que muchos ciudadanos comenzaron a interesarse por la lengua española.
Desde el gigante del Este, donde la proyección de ‘Digan lo que digan’ fue vista por más de cuarenta millones de espectadores, se le agolpan las peticiones a Bernal para que haga la versión del libro en ruso. “Es nuestro próximo proyecto”, señala. Al mismo tiempo, anuncia que también espera que se traduzca el libro al inglés.
Otro de los participantes en la obra es Joan Manuel Serrat, coetáneo de Raphael. En la entrevista hecha expresamente para el libro, incide en esa capacidad de mantener la atracción del público: “Un artista que dura los años que hemos durado nosotros tiene que contar con un público fiel, y la fidelidad es una actitud de ida y vuelta”.
La periodista sevillana, además, da a conocer el vínculo que se ha fraguado entre los admiradores del jienense: “Se establecen lazos personales con Raphael; la mayoría de sus seguidores más antiguos lo conocen personalmente, hacen reuniones anuales en las que él intercambia opiniones con ellos, le siguen en las giras y conciertos…”, recalca.
Bernal también explora en la faceta más personal y desconocida del pionero de las baladas: “Es tremendamente familiar y tímido; es artista cuando está en el escenario; cuando no, es una persona entregada a su familia».
«Es un tímido disfrazado”, añade la autora al tiempo que asegura que, de hecho, nunca canta en las reuniones familiares y de amigos. Así es Raphael.
Juan Manuel Sánchez Tena
Leave a reply