El porqué de la relación de Chipiona y Sanlúcar de Barrameda con la población de Villa Rica de la Veracruz. (La población diseminada de La Jara 2ª parte)
Por Juan Luis Naval. Cronista de la Villa.
LA JARA.
La palabra Jara proviene del árabe hispano šá‘ra, y éste del árabe clásico ša‘rā’: «tierra cubierta de vegetación», llamándosele así a los matorrales y las breñas que en el clima mediterráneo de Al-Andalus se caracterizan por el predominio de las jaras del género «Cistus», por lo que se les llama también «jarales».
En un principio, cuando se conquista esta zona a los musulmanes en el año 1265, está constatado que el número de pagos que lo componían era menor que en la actualidad, y que la extensión de muchos de ellos era más grande de lo que ahora lo son, debido entre otras cosas, a que estas porciones de tierra al ser mayormente heredadas de padres a hijos se solían dividir, y por consiguiente una parte conservaba el nombre anterior y las otras recibían nuevos nombres.
En las actas capitulares y judiciales del Ayuntamiento de Chipiona tenemos ejemplos de estos casos, como el conocido como «Pago de Montijo» que en un principio se denominaba al terreno existente entre el actual «Pago de Montijo» hasta el «Pago de la Loma», dando lugar esta división a los actuales pagos existentes hoy entre ellos dos.
Del mismo modo el pago de «Meca» se convirtió en «Meca Baja» y «Meca Alta», los «Majadales de Baldecaroche» en «Majadales Altos» y «Majadales Bajos», la «Loma de Montijo» en «Loma Alta» y «Loma Baja», etc.
También ocurrió con el pago de la «Media Naranja», que en el siglo XVII antes de dividirse se llamaba pago de la «Naranja».
Volviendo al actual pago de la «La Jara», es un núcleo poblacional de Sanlúcar de Barrameda, situado al límite del término de Chipiona. De su origen podemos decir al igual que Sanlúcar y Chipiona, que ha existido casi desde la conquista de esta zona por el rey Fernando III el Santo.
Su población estuvo siempre diseminada por la extensión del Pago denominado del mismo nombre y prácticamente unida a otros pagos del lugar como «La Copina», «El Hato de la Carne», «Valdeconejos», «Montijo», etc. Todos estos pagos estuvieron siempre considerados como «extramuros», ya que estaban fuera del recinto amurallado, tanto de la ciudad de Sanlúcar de Barrameda como de la Villa de Chipiona, aunque formaban parte del paso de la comunicación entre ambos pueblos ya que el trazado del camino que entonces unía ambas poblaciones era por el borde del acantilado de la playa, siendo paso obligado para ello el tener que atravesar esta zona, ya que la actual carretera de Sanlúcar a Chipiona lo era entonces para dirigirse al Santuario de Regla.
Desde la conquista a los musulmanes a la actualidad, esta zona no siempre perteneció a los mismos municipios, ya que las delimitaciones de ambos términos fueron otras distintas a las de hoy. La última y actual es del año 1873.
Según las actas capitulares del Ayuntamiento de Chipiona, de fechas 11/06/1638 y 25/06/1657, cada cierto tiempo se solía visitar para inspeccionar las mojoneras que dividían los términos de Chipiona con Sanlúcar y Rota.
Tenemos noticias de estas delimitaciones a través de una visita practicada el año de 1754 por el gobernador con objeto de darle a las demarcaciones y linderos los nombres actuales, pues hasta entonces mantenían los de una visita practicada dos siglos antes, en 1554. La visita los relata así: <<..entrando por un callejón que está enfrente, (del corral de pesquería que llaman del Gallego) bastantemente ancho, por donde se derrama los inviernos un arroyo en el mar, que es el que divide en forma de rehierta los términos de Sanlúcar y Chipiona; declaró la visita por primer mojón la casilla cuartel de las patrullas de caballería del resguardo de la costa que esta ciudad había fabricado pocos años antes en la parte de su territorio.
Y desde allí línea recta con el frente al sueste por la dicha rehierta arriba, llevando los vallados del "Pago de la Jara", término de Sanlúcar a la izquierda, y a los pagos de Montijos, término de Chipiona, a la derecha, se fue a desembocar al mojón llamado de la Cruz, puesto a la salida del camino real alto que viene de Chipiona, a la entrada por aquella parte de nuestra dehesa del "Hato de la Carne", quedando por detrás señalado el sitio de siete mojones antiguos que se encontraron borrados.
Y prosiguiendo por el mismo rumbo, desde el mojón de la Cruz, con la Dehesa de la Carne a la izquierda y varias heredades y tierras de Chipiona a la derecha, en línea recta, hasta una punta aguda del vallado de una viña, con algunos olivos que pertenece hoy a don José Barrero, vecino de esta ciudad, por compra que hizo a don Lorenzo Sencio de Guzmán, difunto, donde remata el término de Chipiona, y entra confinado con el nuestro el de la villa de Rota, quedaron allí levantados, cuatro mojones de piedra que se encontraron caídos, en sus verdaderos sitios....>>1
En el mismo Pago de La Jara, a la orilla del mar, existió durante muchos años un Castillo de defensa llamado del «Espíritu Santo». La primera construcción data del año 1507, y consistía en una torre de vigilancia mandada hacer por el III duque de Medina Sidonia, Juan Alonso Pérez de Guzmán, con el objetivo de asegurar la ciudad de Sanlúcar de Barrameda ante la posible llegada de los barcos corsarios berberiscos.
En 1587, el VII duque, Alonso Pérez de Guzmán el Bueno, añadiría a la mencionada torre un pequeño baluarte, aunque, probablemente debido a sus pequeñas dimensiones, más tarde, en 1634, el VIII duque, Manuel Alonso Pérez de Guzmán el Bueno, comenzaría la construcción del castillo más al borde de la barranca.
La fortaleza, llamada del Espíritu Santo debido a la antigua ermita del mismo nombre que se encontraba en las inmediaciones, estaba custodiada por un capitán, seis artilleros y ocho soldados. Se destruyó en 1812 después de la ocupación francesa.
Estos pagos colindantes con la Jara, tenían mucho movimiento y una población flotante muy grande debido a las actividades que se desarrollaban en ellos. Por ejemplo el Pago de la Copina recibe su nombre de copinar, es decir, <
Justo al lado, existía otro Pago llamado «Hato de la Carne», donde el pastoreo concentraba el ganado que se iba a sacrificar posteriormente.
Próximo también estaba el Pago de «Santo Domingo»2, perteneciente al Convento de Santo Domingo de Sanlúcar, procedentes de Santo Domingo de Guzmán, hijo de Guzmán el Bueno, en donde existían campos y huertas de dicha congregación en la cual, además de los clérigos, trabajaban otras personas.
El Catastro de la Ensenada de 1752 refleja la cantidad de propietarios que tenían las tierras del Pago de la Jara de Sanlúcar de Barrameda, entre ellos la Casa de Medina Sidonia.
Durante la primera mitad del siglo XVII el movimiento que se realizaba en esta zona era muy considerable ya que consultando las actas judiciales de esta época, la mayoría de los juicios que se celebraban en Chipiona eran sobre controversias y problemas que sucedían en esta zona, y se supone que a la parte que correspondía a la jurisdicción de Sanlúcar de Barrameda ocurriría otro tanto, (sólo que no tenemos constancia por no conservarse éstas, debido sobre todo a los diferentes incendios producidos en el Archivo municipal de Sanlúcar de Barrameda.
Juan Luis Naval Molero Cronista Oficial de la Villa de Chipiona.
Para ver anteriores publicaciones:
http://chipionacronista.blogspot.com.es/
Leave a reply