Carta de Miguel Caiceo a Paco Gandía
Querido Paco:
Te fuiste… y vino la crisis.
Cómo han cambiado las cosas, Paco.
¿Tú te acuerdas de que antes tardábamos en cobrar tres meses? Pues ahora ni cobramos.
Cómo ha cambiado la televisión, Paco.
Antes nos llamaban para trabajar con Raphael, Rocío Dúrcal, Rocío Jurado, María Dolores Pradera, Manolo Escobar… Pues ahora, para lo que te llaman y te pagan una pasta es para hablar mal de un compañero, para clavarle por la espalda el cuchillo de la mediocridad. Ahora no interesamos por el posible talento que tengamos; ahora, Paco, nos quieren quitar nuestra presunta magia para enseñar nuestra caspa.
¿Te acuerdas de que antes las estrellas de la televisión eran Laura Valenzuela, Joaquín Prat, Ibáñez Serrador, Amestoy, la familia de la casa de la Pradera…? Pues ahora la estrella máxima, la que tiene más audiencia, la que más cobra, la que hace más programas, es una mujer vulgar y feísima con cara de pollo de Mercadota.
¡Ojú, Paco, cómo está esto!
Y ahora los artistas nos agrupamos en un pack teniendo que venir en una oferta de tres en tres. Todo ha cambiado, Paco; hasta Sabina se ha juntao con Serrat. Y aquí nos ves: al Morta, al Yulen y a mí en el Teatro Quintero, que esto es tan chico que no sabemos si vamos ni a cobrar.
Paco: tu genialidad y tu categoría se ha quedado en la retina y en el corazón de todos nosotros. Fuiste un genio, en lo personal y en lo artístico. Sevilla no te ha puesto ni una calle. Sin embargo, existe la calle Hombre de Piedra, Mar Muerto, Mar Caspio, calle Otumba, calle Ontrasita…
Los políticos te olvidaron. ¡Con la de mítines gratis que tú hiciste! Pero que sepas que todos los que aquí estamos, empezando por el público que ha venido a homenajearte, y siguiendo por nosotros, siempre te tendremos en lo más profundo de nuestro corazón. Y te vamos a dar entre todos un aplauso, que estés donde estés esperemos que te llegue…
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