Histórico indulto de un toro de Victorino a manos de Manuel Escribano
Paco Ureña también consiguió desorejar al tercero en una tarde de emociones
12 Festejo de abono. Miércoles 13 de abril de 2016.
Tarde histórica la vivida en este miércoles de Feria, donde se registró el indulto del toro ‘Cobradiezmos’, de Victorino Martín, a manos de Manuel Escribano -dos orejas simbólicas- y el triunfo de Paco Ureña, que desorejó al tercero de la tarde. El público disfrutó de las emociones del toreo en una tarde ha subido muchos enteros el tono de la Feria 2016.
FICHA:
Se lidiaron toros de Victorino Martín, bien presentados y de interesante comportamiento. Destacaron tercero y cuarto. Este toro, de nombre ‘Cobradiezmos’, número 37, de 562 kilos fue indultado.
Manuel Escribano, palmas tras aviso y dos orejas simbólicas al indultar al cuarto.
Morenito de Aranda, silencio tras aviso y silencio.
Paco Ureña, dos orejas y silencio.
Dos tercios de entrada en tarde soleada y fresca.
CRÓNICA:
Si Paco Ureña ya puso el listón muy alto en el tercero de la tarde, un buen toro al que cortó dos orejas, Paco Escribano y el toro ‘Cobradiezmos’ de Victorino escribieron una página para la historia de esta plaza al consumarse el indulto de tan extraordinario animal.
Manuel Escribano recibió a su primero con buenos lances, perdiendo las manos el de Victorino y desluciendo por consiguiente saludo capotero. No estuvo fino al clavar banderillas. En la muleta pulseó la embestida del ‘victorino’, que perdía las manos al menor esfuerzo. Por el izquierdo el toro tuvo mayor complicación, mirando y echando la cara arriba. Cuando cambió de mano e intentó apretarlo por abajo le dio un susto sin consecuencias. Perseveró por ese lado y logró muletazos de mérito antes de que el toro se aburriera definitivamente. Pinchó en tres ocasiones y el animal se echó. Palmas.
Escribano se fue a portagayola en el cuarto y dejó lances meritorios en el recibo. El toro peleó bien en varas y el de Gerena esta vez sí lució en banderillas, sobresaliendo el tercer par al quiebro citando sentado en el estribo. El comienzo de faena con doblones fue bueno y creó buen clima en los tendidos. Ya en la primera serie ligó con transmisión, embistiendo el toro humillado y con una entrega absoluta. También bajó la mano y logró muletazos largos en las siguientes, haciendo crecer la faena. Al natural también dejó una serie con muletazos largos y otra más en las que el de Victorino seguía barriendo el albero con el hocico. Cuando se fue a por la espada el público comenzó a pedir el indulto y el torero siguió toreando hasta que la petición fue unánime y el presidente sacó el pañuelo naranja, perdonando de este modo la vida a ‘Cobradiezmos’, toro cárdeno, número 37 de 562 kilos, nacido en diciembre de 2011, que ya forma parte de la historia de esta plaza. Al torero le fueron concedidas dos orejas simbólicas.
Morenito de Aranda, que debutaba como matador de toros en Sevilla, dio lances ganando terreno al segundo de la tarde. El toro fue por el pecho del caballo al primer puyazo y puso en apuros al picador, que aguantó bien el arreón. Peleó bien en la segunda vara y se lució el picador Francisco José Quinta. La faena comenzó con una buena serie con la derecha que tuvo emoción. En la segunda por ese pitón se le venció el de Victorino y en la tercera también le apretó. Por el pitón izquierdo le desarmó dos veces, perdiendo el hilo de la faena. Al final sin embargo logró algunos muletazos sueltos tanto con la derecha como al natural. Pinchazo y estocada. Silencio tras aviso.
Morenito se fue a portagayola a recibir al quinto después del indulto de Escribano, dejando después lances emocionantes a un toro que embestía rebrincado. Brindó al público y no se acopló en principio con la derecha porque el ‘victorino’ se frenaba y reponía por ahí. Lo intentó al natural y el toro se lo echó a los lomos. Siguió, pero la faena no pudo remontar vuelo. Mató de estocada.
El tercero acudió bien al caballo y embistió con mucho temple en la muleta de Paco Ureña, que se lució en la primera serie en la que sobresalió un muletazo lentisimo. En la segunda comenzó a sonar la música. Esta tanda fue ligada, templada y con compostura. En la tercera el toro se lo pensó más y el diestro murciano le tragó. Cambió a la zurda y sacó dos series de mérito con un animal cada vez más aplomado. Cuando volvió a la derecha logró la mejor serie, metiendo los riñones y gustándose mucho. Hubo una más antes de matar de estocada. Le fueron concedidas las dos orejas.
Ureña se salió con el sexto a los medios en una labor lidiadora con el capote, ya que el toro presentaba complicaciones. En la muleta las desarrolló, frenándose y buscando los tobillos, bastante orientado. Lo intentó Ureña sin tener colaboración en su enemigo. Insistió en su deseo de redondear el triunfo y el toro le echó mano sin herirle. Le buscó las vueltas y le sacó algunos muletazos en la batalla final. Tuvo mérito su esfuerzo, pero no pudo culminar en triunfo.
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