El cuerpo del silencio. arte y arquitectura en la fundación Valentín de Madariaga y Oya
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Ayer se clausuró en la “F.V.M. y O.“ una de las mejores exposiciones de Arte Contemporáneo, que este año se han celebrado en Sevilla.
De izquierda a derecha: el Presidente de la Fundación Valentín de Madariaga y Oya, VALENTÍN MADARIAGA PARIAS, las Comisarias de la expo: REYES ABAD y MACARENA GROSS, las artistas CRISTINA ALMODÓVAR y ADRIANA TORRES, el Vocal de Actividades Culturales del COAS, JUANMA GARCÍA NIETO y PELAYO MARTÍNEZ BENJUMEA detrás de la obra de EVA LOOTZ y ante parte de la de CARLA CASCALES. FOTO: T.L.
Si el Arte Contemporáneo se tomara más en serio en nuestra ciudad y se comprendiera mejor lo que significa ser contemporáneo en Sevilla, y no el estar ya siglos y siglos haciendo artesanías (y a veces arte) reinterpretando el Barroco hasta la náusea, no cabría duda que desde la iniciativa privada, la FUNDACIÓN VALENTÍN DE MADARIAGA Y OYA merecería el Premio Nacional al Fomento y Patrocinio, o mejor incluso, de carácter Internacional.
La apuesta que vienen haciendo VALENTÍN –su Presidente- ÁNGELA, GONZALO y ROMUALDO MADARIAGA PARIAS desde hace 20/21 años, rodeándose además de expertos consolidados, le acredita como uno de los fondos imprescindibles para acercarnos al ARTE de las últimas tendencias y Vanguardias, sin tener porqué considerar ahora las precedentes de la primera y tercera década del XX, dada la cantidad de autores y obras emblemáticas que la componen y las exhibiciones que se han sucedido desde entonces, considerando además que esta Colección particular contiene firmas de artistas de nuestra ciudad, nuestro país y de otros lugares donde se están fraguando las obras que repercutirán en las creaciones, pasando sin duda a la Historiografía (estudios, ensayos y textos), e Historia del Arte (estilos, técnicas y géneros que se integran en él).
Centrándonos en la muestra -que debió cerrar las puertas porque al ser de naturaleza temporal implica la devolución de las obras a su lugar de origen- hay que destacar la apuesta de la Fundación, que han permitido que las Comisarias –REYES ABAD y MACARENA GROSS- hayan centrado su personal discurso expositivo desde el punto de vista del Silencio en el Arte, la Arquitectura, la Música, la Filosofía,…y la Naturaleza.
Si se destaca siempre a los artistas, no menos habría que resaltar a los “comisarios” y entre estos –muy pocos por cierto- los que diseñan un Programa unitario bajo el que reunir lo que quiere comunicarse. Es por lo que esta exhibición en sí misma ha constituido una obra de arte convirtiendo las salas de la planta baja en un Santuario espectacular donde cada obra recobraba su sentido y todas unidas, el significado completo.
Una exposición basada en el silencio, nos ha planteado muchas cuestiones a las que cada uno ha dado su interpretación. En primer lugar, si el silencio tiene cuerpo y dónde está o qué es. Lo 2º, en comparación con el ruido (mediático, ideológico, del tráfico, de la turistificación, dispositivos audiovisuales, músicas ambientales,…). Y 3º, intentando comprenderlo desde la fisiología, la fenomenología, la metafísica, la ontología, y la Filosofía en general. También desde lo espiritual sin tener que formar parte de una religión concreta, aunque para un budista, un cristiano, un asceta o místico, es imprescindible, como desde el punto de vista profano supone la meditación.
En el silencio está todo. El interior de lo que somos porque condiciona nuestro pensamiento y nuestra acción, las reflexiones que podríamos tener entre el Ser y la Nada, sobre la Vida y la Muerte, la cíclica regeneración, …otorgándonos una cosmovisión del mundo y de nosotros en la Unidad del Todo, un sincretismo que une el “Alfa y la Omega”, el “Kairós”, lo lleno y “el Espacio para un Vacío”, “el Universo entero que habita en (este pequeño) espacio”, “el Bioceno” y el antropoceno, “Una intuición Biocosmoteándrica” porque todos “Somos Agujas”, “Ya me (nos) habitaron” , en algún momento fuimos “Desclasificados”, o hemos sido “el Uno y el otro”, “Cascadas de Arena”,…
Las mayúsculas y entrecomillados corresponden a los títulos de las salas y de las piezas que oscilan entre la Memoria y el Olvido, el implacable Tiempo que puede discurrir (como lo hace aquí) entre el aire, el agua, entre pigmentos, mármoles antiguos de canteras míticas, ciudades habitadas o deshabitadas, posibles como lugares sagrados o de convivencia, etc. Es decir, desde el punto de vista de profundos conceptos, interpretados a través de las expresiones propuestas por los autores y las comisarias/artistas e investigadoras.
La expo –que debería repetirse- llamaba a la conciencia, al ¡¡¡PÁRATE!!!, y también a la consciencia, o más que nada a ser consciente de lo que significa hacer un paréntesis y dejarnos fluir, sentir plenamente, integrarnos en el yin y el yan, la espiral perpetua, la cinta de Moebius, el Uróboros, el infinito, el eterno retorno, cualquiera de los símbolos que sirvieran para salirnos de nosotros y situar nuestra mente, espíritu y cuerpo, en ese silencio necesario que tanta paz, reflexión y conexión, nos proporciona.
Poco se habla del silencio, de su necesidad y de su ausencia, por eso necesitaríamos encontrar un lugar –abierto o cerrado, tales como un jardín o una habitación a la manera de celda- para estar con nosotros mismos a la par que conectados con la energía, los átomos, la música de las estrellas que también formamos.
CRISTINA ALMODÓVAR, EUGENIO AMPUDIA, ATÍN AYA, CARLA CASCALES, RAMÓN ENRICH, JOSÉ GUERRERO, ANISH KAPOOR, IGNACIO LLAMAS, EVA LOOTZ, LUCÍA LOREN, SOL LEWITT, PABLO MARTÍNEZ CONRADI, PACO PÉREZ VALENCIA, SOLEDAD SEVILLA, ADRIANA TORRES y LAWRENCE WEINER, son los elegidos para trasmitirnos toda esa “Fuerza” introspectiva que supone el silencio y con él, el pensamiento a través de las diferentes técnicas utilizadas por cada uno.
La exposición, nos ha deparado también una sorpresa: el encuentro de la maqueta original de la destruida obra de ANISH KAPOOR y los planos a escala trazados por el arquitecto DAVID CONNOR, en la también desaparecida EXPO´92. Curiosamente interpretable de acuerdo con las circunstancias que ha recogido esta experiencia visual, sonora e intelectual, como un zigurat, la gran Torre de Babel donde todos los logos confluyen en Uno, en la conexión de lo terrestre con los celeste, en el recorrido experiencial que supone el camino sintiéndonos parte de él.
Tuve la suerte en una de las numerosas visitas guiadas que se han realizado, de coincidir con los diseñadores de moda ADOLFO DOMÍNGUEZ, su mujer ELENA GONZÁLEZ y el Dr. ÁNGEL HERNÁNDEZ, quienes aportaron sus ideas sobre el silencio, sus “sonidos” (im)perceptibles y sólo con introspección.
TERESA LAFITA
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