Jaime Rincón-Gallardo Ortiz, un conde del Siglo XXI (*)
Señoras y señores, Paz y Bien
Por Juan Mellado.-
Aquí en España, ya sea por la tradición, educación y por lo mucho que ha retratado el cine a la nobleza, siempre se relaciona a los condes, duques y marqueses o sus homónimas femeninas como personas estiradas, rancias y partidarias de una sociedad medieval estamental. Incluso Luis García Berlanga, el genial Berlanga, los caricaturizó en La Transición con su serie de la Escopeta nacional a los que definió como gente disparatada coleccionista de pelos, cercana a la indigencia o la ruina. Miguel Delibes también los criticaría en su desgarradora novela Los santos inocentes magistralmente llevada al cine por Mario Camus.
Quién no recuerda además la simpática figura de don Jaime de Mora y Aragón o la de José Luis de Vilallonga personajes vinculados a la picaresca del Siglo de Oro español .También pensamos en la imagen de un viejo con monóculo rodeado de servidumbre con cofia y mirando para otro lado para no saludar al iletrado populacho.
Bueno, pues después de todo eso y más, nos encontramos con el actual Conde de Regla, Jaime Rincón-Gallardo Ortiz, un conde del Siglo XXI, hombre que se aleja totalmente del estereotipo en el que tenemos instalada la figura de los aristócratas y que curiosamente recibe el título de su abuelo en vida en un ejemplo de generosidad.
Para comenzar destacamos su juventud, 30 años, cumplirá 31 en octubre, que se completa con su vitalidad y espíritu de trabajo, con una personalidad sociable y no exenta de buen humor. Tras finalizar sus estudios universitarios no en vano trabaja en una empresa francesa como cazador de talentos y ejecutivos. Además de poseer un negocio familiar de importación de productos muy variopintos.
300 años después de su primer ancestro estuvo aquí el pasado año con nosotros rememorando las hazañas de su pariente, compartiendo con nosotros, conociendo nuestra Andalucía cercana y bebiendo nuestros vinos, especialmente el moscatel, y degustando el jamón 5J precisamente de la tierra de su pariente.
Lo de Jaime Rincón con Chipiona ha sido una historia casual y a la vez causal, qué poco se imaginaban Juan Francisco Lorenzo y Anabel Cerpa, artífices de que el Conde recalase por estas tierras, el terremoto que iban a ocasionar en Chipiona traducido en fenómenos histórico, social y literario y futuras iniciativas que vendrán, que partió de la investigación de la figura del Conde primigenio. Con lo que me costó ponerlos a los dos en contacto.
El propio Conde me decía en una entrevista que su visita no quería se quedase en un simple contacto, “por eso desde el principio me interesó mucho venir para hacer este sueño realidad y que no se quede nada más que en palabras. La idea es continuar con visitas bilaterales, poner el nombre de Chipiona en alto en México y también seguir con temas culturales como el mundo del caballo o el del vino. En suma, revivir mucho de lo que pasó hace varios siglos”. El propio conde confesaba que no conocía Chipiona y ni que tampoco hubiese aquí dos personas investigando sobre su antepasado. Del que reconoce que como cualquier personaje histórico tiene sus luces y sus sombras.
Es consciente de que con este movimiento cultural y de hermanamiento que se ha realizado se está haciendo verdaderamente historia.
Jaime comprobó que, aunque estemos muy lejos, estamos muy cerca culturalmente: “Una de las características de México es la forma cálida en que recibimos a quienes vienen de otro lugar y aquí ha sido muy similar, yo me he sentido totalmente bienvenido. Estamos a miles de kilómetros, con un mar en medio, y sin embargo las raíces siguen siendo muy parecidas”.
En Chipiona también ha encontrado familiares, están los Gómez de Terreros. Javier e Ignacio y su entrañable familia. Lo que Jaime valoraba como interesantísimo. “Llegar a un país, en otro continente tan lejano, y que en esos lugares encuentres a personas que son tu familia y te reciban así de bien es algo increíble. Todavía tenemos algún tipo de relación con los Romero de Terreros de México y parentesco, como ahora que he encontrado también acá en España a muchos parientes, como María y Mercedes, a las que conocí en Cortegana” nos decía.
Ahora entre todos, Conde, Ayuntamiento, empresarios, asociaciones, periodistas y gente de bien en general tenemos que ponernos a trabajar para que este hermanamiento no quede como un festival multicolor de fuegos artificiales y se traduzca en profundizar en lazos históricos y culturales, posibilidades de intercambios y rentabilidad económica.
Buenas noches
(*)Intervención del periodista e investigador Juan Mellado con motivo de la presentación la pasada noche del sábado en el Claustro del Santuario del libro, El Conde de Regla del Doctor en Historia Pablo Borrallo
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