La congregación de las Hijas de la Caridad, cierra la residencia infantil San Carlos de Chipiona
La pequeña Comunidad de religiosas Hijas de la Caridad, se manifiestan agradecidas a Chipiona y se llevan en sus corazones el cariño y la cercanía que siempre tuvieron con Ellas.
Antonio Jiménez Gómez. -Chipiona.28-6-2022 – Ayer lo ha anunciado la Congregación de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, que servían a la Residencia Infantil San Carlos en Chipiona, manifestando, que cierran dicha Residencia Infantil y la pequeña comunidad de monjas que la gestionaban, se mudan a la Casa que la Congregación tiene en la ciudad del Puerto de Santa María (Cádiz).
En el año 1920, con ayudas previas del Doctor Manuel Tolosa Latour y Ayuntamiento de esta Villa, adjudican los actuales terrenos para la futura Residencia Infantil, al parecer a una Fundación dependiente del Obispado de Cádiz y de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, fundándose la Residencia Infantil en Chipiona (Cádiz) en un lugar privilegiado frente al mar, para acoger a niños con problemas de salud, debido a la pobreza que existía en aquella época. Dejando en su historia centenaria, un ramillete de Hermanas Hijas de la Caridad, que estarán inmortales y vivas para toda la vida en esta Villa, que siempre fue muy generosa con Ellas, aportando toda la ayuda necesaria, para que a esos niños enfermos acogidos en la Residencia San Carlos, no le faltaran de nada.
Existe una anécdota en San Carlos que estuvo presente durante algunos años seguidos, que en tiempos de Navidad se rifaba una vaca para recoger fondos para la casa. Se daba las circunstancias que la misma vaca se rifaba durante varios años, porque la persona ganadora de la vaca, volvía a donarla al Centro Infantil y no se la llevaba el ganador. Al año siguiente se volvía a rifar y así durante una serie de años. Chipiona que participaba de la rifa cada año, preguntaba después a Sor Magdalena, ¿A quién toco la Vaca? Y al año siguiente se repetía el mismo protocolo.
Ayer la Comunidad de Religiosas hace público un comunicado de agradecimiento profundo al pueblo de Chipiona, por la acogida, generosidad y cercanía con la Residencia Infantil. “Os comunicamos que nos mudamos a una casa de la Hijas de la Caridad en el Puerto de Santa María. Nuestra misión sigue siendo la misma, los niños menores seguirán siendo nuestra prioridad y nuestra razón de ser. Sabemos que es un nuevo reto, el cual afrontamos con ilusión, pero también con tristeza que nos supone dejar esta Casa tan querida y entrañable y que tanta vida ha derrochado durante más de cien años y siempre desde la gratuidad de las Hijas de la Caridad. Gracias infinitas. Chipiona siempre estará en nuestro corazón, porque forma parte de nuestra historia y de tantos y tantas menores que pasaron por esta Casa.”
Por último, un recuerdo especial de las hermanas Hijas de la Caridad, que pasaron por esta Residencia Infantil San Carlos, como las hermanas, Sor Isabel, Sor Gregoria, Sor Carmen, Sor María, Sor Magdalena o Sor María Luisa, que todas fueron muy dignas Hijas de la Caridad. Especialmente dos de la mas recordadas por su entrega y ayuda a las familias más necesitadas, ancianos y enfermos de Chipiona, fueron Sor Magdalena y Sor María Luisa. Ambas religiosas muy queridas en esta Villa, se hicieron merecedoras que el Ayuntamiento por unanimidad, ofreciera un justo homenaje y nombrara a Sor Magdalena Rodríguez Pietri, “Hija Adoptiva y Predilectas de Chipiona”. Tiene una calle a su nombre por sus 51 años dedicada íntegramente a los pobres. Murió en 1999, a los 85 años.
Sor María Luisa Pérez Montañés, la religiosa aragonesa estuvo mas de 30 años dedicada a labores de asistencia social con familias, ancianos y enfermos, desde Caritas Parroquial. Falleció en Sevilla a los 83 años. En el 2010 el Consistorio chipionero acuerda poner su nombre al nuevo Ambulatorio de la Avenida Los Naranjos de Chipiona, así como a una calle de la Villa.
Muchos elogios y lamentaciones por dejar la Casa en las redes sociales, de personas que vivieron su infancia con dichas hermanas Hijas de la Caridad en Chipiona, hoy dan gracias a Dios por la persona que son hoy y por haber vivido unos años con esas monjas tan buenas.
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