«Nadie me habló de ti». Una novela ambientada en la Barcelona contemporánea que retrata muy bien el mundo de la burguesía catalana
Planeta
Nadie me habló de ti es un retrato de dos generaciones y es también un retrato de esa Barcelona de principios de los años sesenta en los que confluían la alta burguesía y los jóvenes de la barriada, los estrenos de gala del Liceo y los primeros conciertos de rock, el glamour de los veranos de S’Agaró más esplendoroso con los baños populares de la Barceloneta.
Sinopsis
La vida de Carolina ya no es perfecta: el divorcio, las peleas constantes con su hija, y ahora la agonía de su padre, fin de una saga de la alta burguesía catalana. Su madre los abandonó siendo ella una niña, de ella solo conoce la ausencia. Pero un hallazgo inesperado la lleva hasta Gabriel, el amante de su madre y quizás también su asesino. Con él conocerá a esa joven indomable que se resistió a ser una intachable esposa burguesa, un encuentro que hará que Carolina se replantee su vida.
El estilo
Con su estilo directo y elegante, Laura Anguera consigue que las emociones más sutiles desborden las páginas, pintando con maestría imágenes viscerales que se clavan en el corazón del lector.«Era agradable cerrar los ojos y sumergirse en el agua caliente. Pensé que debía de ser una sensación parecida a estar dentro del útero materno. El útero de una madre desconocida, que no había hecho por mí más que expulsarme de su vientre, parirme y largarse. Tiré con fuerza del tapón y dejé que el agua se marchara por el sumidero. Me quedé sola, desnuda, en la blanca bañera. Tirité de frío».
Nadie me habló de ti es un ejercicio bellísimo que plasma las luces y las sombras del acto de recordar, poniendo en palabras sensaciones tan esquivas como son el dolor y la melancolía que trae el duelo, el calor abrasador de los celos, la plenitud que da el permitirse sentir esperanza e, incluso, la pasión que provoca la adicción a la lectura.«No se quitan las fotos de los seres amados que mueren, solo rompemos las de aquellos que queremos ver muertos.»«Letraherido ya de por vida, hurgaba por las estanterías de las novelas y de los ensayos, se dejaba aconsejar por el bibliotecario, se abalanzaba sobre los libros que este tenía sobre la mesa, especialmente los recién llegados, con ese olor a papel recién impreso que tanto le gustaba.»Barcelona, pasada y presenteBarcelona es, innegablemente, un personaje más en la novela.
La autora plasma la Ciudad Condal de ayer y de hoy de forma evocadora, invitando al lector a acompañarla por una multitud de escenarios, algunos desaparecidos y otros todavía presentes, pero todos reales: la alegre playa de la Barceloneta, la biblioteca del Ateneu, la urbana Puerta del Ángel y el verde parque del Montjuic entre tantos otros.
Sin olvidar, cómo no, las playas de S’Agaró.«Los chiringuitos de la Barceloneta, eso es lo que ya no existe. Restaurantes de paella, pescadito y sangría, uno junto al otro, las mesas sobre la arena, sus camareros en la puerta mostrando el género y cantando el menú, sus gritos entreverándose con el canto de los gitanos que se acercaban desde el vecino Somorrostro, guitarra en mano, y rondaban por las mesas, podías elegir canción a cambio de una propina.»Una ciudad que, como a la Carolina del final de la novela, invita a ser recorrida y respirada:«Es verdad, quiero salir.
Ahora que nos encierran a todos, a mí me entran unas ansias irrefrenables de abrir ventanas, sacar la cabeza y respirar, pisar las aceras, andar sin rumbo por la ciudad. Y voy a hacerlo, aunque no se pueda. Aunque deambule sola por las calles. Hasta que me den el alto y me obliguen a regresar a casa. Yo también tengo derecho a encabezar mi pequeña, particular rebelión. Al final, mira por dónde, resultará que sí soy una Ribé.»
Laura Anguera Armengol (Barcelona, 1966) creció con un libro en las manos, convencida de que, de mayor, sería escritora. Pero esa sonrisa —reiterada y conmiserativa— de los adultos la llevó a estudiar Derecho y cursar un MBA en el IESE. Ha ejercido como abogada en reconocidos despachos, ha sido directora legal de un club de fútbol, y actualmente en un conocido grupo audiovisual. Vivió en primera línea el estallido de la burbuja inmobiliaria, se quedó sin empleo. Un buen momento para tomarse un respiro, nueve meses sabáticos que cristalizaron en una novela, un debut literario con el hundimiento del mercado inmobiliario como telón de fondo (BOOM, Ed. Alienta). Ha tenido que llegar esta maldita pandemia y el confinamiento para que encontrara el tiempo necesario para acabar esta, su segunda novela. Ahora se promete a sí misma organizarse mejor, a ver si así puede ir a por la tercera. Veremos…
COLUMNA EDICIONS también publicará en catalán la novela el mismo día 27 de abril.
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