Crítica de Anónimos Infinitos 2 de Marina Bernal en Más leer
Anónimos infinitos 2, los nuevos microrrelatos de Marina Bernal
Letras que acarician la esencia de la vida para regalarnos infinitas emociones
Tuvimos la suerte de acercarnos a la sensibilidad y cercanía de las letras de Marina Bernal Guerrero en Anónimos infinitos, un libro que tuvo un gran éxito y sumó numerosos lectores. Pequeños relatos sobre gente anónima que llenaban de grandeza la esencia de la vida. Un paseo entre la gente para confeccionar el puzzle de esas pequeñas cosas que valen tanto la pena.
Como en un juego de magia, esta prestidigitadora nos desvela, halehop, qué hay detrás del brillabrilla y de la caspa, de las sonrisas profidén y de la tristeza de los solitarios
Juan José Téllez
Y tras aquella fortuna llega ahora otro momento para disfrutar con Anónimos infinitos 2, los nuevos microrrelatos de la vida de esta periodista sevillana que también cuenta entre sus obras con los libros Canta Rocío —dedicado a Rocío Jurado— y Soy Raphaelista, una confesión abierta dirigida al cantante Raphael.
En esta ocasión, Marina Bernal (en la imagen) se ha rodeado de amigos para presentar, en forma de pequeños prólogos, la introducción a esta obra. De esta forma nos podemos encontrar con las palabras de Juan José Téllez, Alfredo Relaño, Pepe da Rosa, Francisco Andrés Gallardo, Mercedes Franco, Araceli Limón, Salomón Hachuel o Charo Padilla.
La periodista vuelve a poner luz sobre la vida para mostrarnos la realidad de esos anónimos, de esos figurantes que forman parte de este teatro del mundo. Sentimientos que nos llegan al caminar por el infinito sincero y profundo de las voces que protagonizan este libro de microrrelatos y maxi emociones.
Para leer a ratitos, a la sombra de ese árbol que cobijó nuestra infancia, al relente de una noche de primavera, en la soledad de la madrugada o al amanecer de un nuevo día en el que toca renovar la ilusión para no perderle el pulso a la vida.
Desahogo, de Anónimos infinitos 2
Parece que nunca se rompen, que son fuertes, inquebrantables. Parece que ninguna pena puede con ellas, que están preparadas para todo. Parece que nada las doblega, que atravesarán cualquier barrera. Parece lo imposible, que no son humanas. Y ellas también lloran, ellas también necesitan parar, guardar silencio y quedarse quietas. Mostrar debilidad no es síntoma de ser débil. Rechazar la pena y huir de ella no te hace más fuerte. Esas mujeres que parecen de hierro, que son la fuerza hecha persona. Esas que a todo ponen buena cara, la sonrisa y la frase: «no pasa nada».
Ellas, también necesitan llorar a veces, aliviar su carga, y tampoco pasa nada…
Por: R. GuerreroFecha: 10-06-2021
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