Marcha por la Libertad del Pueblo Saharaui. Etapa 14.- Córdoba – Villafranca 2 de Junio
Juan Rincón.
Si alguien hubiera apostado conmigo que en Córdoba, tras el acto de encuentro de las columnas, iba a aumentar de manera significativa el numero de marchantes habría perdido. Da coraje tener razón en esos asuntos pero una vez que se apagaron los ecos de los discursos de los portavoces – 20 saludos, 20 – se hizo la noche en el recinto ferial y de la Torre de la Calahorra solo salimos una decena de marchantes. La mitad nos acompañó durante algún trecho – gracias, gracias, mil gracias – y a Villafranca solo llegamos seis personas andando y tres en los coches de apoyo. A partir del kilómetro 15 se hizo imposible andar por el calor del asfalto y las furgonetas hicieron su función para acercarnos al pueblo.
Aquellos – sindicatos, partidos, colectivos sociales, etc…- , que prometieron la noche anterior dar todo el apoyo al pueblo saharaui en su proceso liberador, nos dejaron caminar solitarios por las avenidas de Córdoba entre la extrañeza de la gente que preguntaba por qué llamábamos “MARCHA” a aquel reducido cortejo de caminantes con sus seis banderitas de plástico. Alguno se reía de nuestra debilidad y algún fascista en Alcolea se dedicó a insultarnos – “¡Rojos, comunistas, maricones, había que fusilaros a todos..”- sintiéndose fuerte ante nuestra escasez. Curioso los insultos del hombre. Definen mas su estrechez de caletre que la causa que nos ha puesto en camino.
Si J., el único marchante del que aún no he contado nada nada, hubiera estado con nosotros seguro que hubiera encontrado entre la comunidad saharaui local algún amigo de alguna correría. J. Se acercó al movimiento saharaui desde la empatía más desarrollada y su agenda está tan plena de contactos saharauis como su corazón. J. chamulla en dariya y en hassanía sorprendiendo a propios y a exiliados cuando se suelta con sus frases y sus consignas en los mil árabes que me hemos escuchado durante esta marcha. Con el hemos aprendido que “Sahara, jorra, jorra” es algo así como “Sahara, libertad” y “Ul Magreb, berra, berra” significa “Marruecos fuera”. Emociona cuando la comunidad saharaui de cada entona sus consignas en su lengua y si apenas nos alcanza su significado, nos llega la profundidad de sus convicciones con la ayuda de las traducciones de J. Pero J. es nuestro caminante en prácticas y precario, con contrato de media jornada que llega los viernes y se marcha a trabajar los domingos por la noche. La vida laboral y familiar no le da para más y nosotros agradecemos cada uno de los ratos que pasamos con él, con esa seriedad impostada que se cae a la tercera frase y esta profunda experiencia de la convivencia mas continuada con este pueblo por el que caminamos.
Hoy se vinieron a caminar con nosotros L. y nuestras amigas acogedoras E. y C. Pasar la noche en sus casas ha sido de las experiencias más reparadoras de la marcha. Nunca me supo más dulce una magdalena mañanera ni me supo tan rico el primer café casero. Que regalos nos deja el camino. Mañana también vendrán y uno ya sabe que deja en Córdoba un trocito de corazón y de buenos recuerdos. Como decía C. “una cosa es contarlo y otra vivirlo…” cuando el calor apretaba por la interminable recta de Los Cansinos una vez dejada atrás Alcolea. Claro que sí. No sabe quienes prefirieron seguir en la cama o en la burocracia cotidiana de los despachos durante esta mañana del recién estrenado Junio, no saben lo que une y fortalece caminar bajo el sol.
En Villafranca nos recibieron con sonrisas amigas. Nos sentimos confortados otra vez. El abrazo, aunque sea virtual, de los amigos y amigas del pueblo saharaui a la llegada a los pueblos restaña las heridas y seca los sudores. Estamos bien. R., un poquito pachucho, nos preocupaba pero una buena ducha en la casa donde nos alojan entre pinares, lo ha repuesto del todo. Mañana rematamos esta primera fase con la llegada a Montoro y el regreso a nuestras casas. Nos vemos.
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