Los floricultores piden ayudas como las de Holanda, que compensa el 70% de las pérdidas provocadas por la pandemia
Radiotelevisión municipal de Chipiona, 24 de abril de 2020.
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos –COAG- de Andalucía ha vuelto a llamar la atención sobre la extrema situación en la que se encuentran los productores andaluces de flor cortada y planta ornamental. A día de hoy, y a pesar de las múltiples peticiones de ayudas cursadas a las distintas administraciones, afirman que “de momento todo son buenas intenciones, pero ni el Gobierno central ni la Junta están tomando decisiones para salvar a un sector agrícola importante en Andalucía”.
Luis Manuel Rivera, responsable de Flor Cortada de COAG Andalucía, explicado en la radiotelevisión municipal de Chipiona que “los floricultores ven pasar los días sin que nadie tome en serio la gravedad de la situación que están viviendo y que compromete muy seriamente el futuro y la supervivencia del sector”. Por ello, Coag insiste en la necesidad de que el Gobierno incluya en las medidas fiscales (ya en fase de corrección de errores) la reducción a cero de los módulos para el sector de la flor cortada y planta ornamental, “porque a cero se han quedado los ingresos”. Además, sostiene, la reducción se justifica porque en 2019, para más desgracias, los floricultores tuvieron que hacer frente a una importante plaga de trips. “Estos insectos son portadores de virus –aclara-, principalmente del género Tospovirus, los cuales causan pérdidas significativas en las cosechas y son incurables”.
Rivera recuerda, asimismo, que justamente el sector de la flor cortada mantiene una fiscalidad muy alta, no acorde con la realidad, ya que los módulos estipulados son de hace 30 años, cuando la situación del sector era otra bien distinta. “Si a esto le sumamos el desastre de esta campaña, en la que nos hemos quedado con la mayoría de las flores sin vender y, además, con la deuda que generamos el año pasado para hacer frente a la misma, pues es imposible que podamos pagar impuestos. Por lo tanto, es fundamental que en la corrección de errores de las medidas fiscales, se rebaje el módulo de la flor cortada a cero. Si no nos ayudan, y rápido, este sector muere”.
Y es que el sector pide celeridad, porque ante las pérdidas y la incertidumbre, todo está paralizado. “No sabemos qué hacer, si sembrar o no, necesitamos ayudas ya”, comenta Rivera.
Además de esta medida fiscal, los floricultores andaluces proponen al Gobierno español que ayude a este sector como lo está haciendo Holanda, cuyo ministerio de Agricultura ha dado a conocer un principio de acuerdo para un paquete de ayudas de 600 millones de euros que tendrá el objetivo de paliar el impacto del coronavirus en el sector de la horticultura ornamental.
Los criterios de esta ayuda estipulan que el primer 30% de la pérdida de la facturación la asume el empresario hortícola, y el gobierno compensa las pérdidas de ingresos del 70% restante. Las empresas que se podrán acoger son aquellas que han sufrido una pérdida sustancial de ingresos en marzo, abril y mayo de 2020 en comparación con los mismos meses de los tres años fiscales anteriores.
Para Rivera, “lo que van a hacer en Holanda sería una buena medida también para los floricultores españoles, por lo que instamos al Gobierno a tomar nota de lo que están haciendo los holandeses, dispuestos a salvar al sector”.
Por otro lado, el responsable de Flor Cortada de COAG Andalucía se quiere dirigir a la Junta de Andalucía para manifestarle lo siguiente: “Está muy bien que el gobierno andaluz se sume a nuestras reivindicaciones al Gobierno central, pero nos parece una tomadura de pelo que, al mismo tiempo que está exigiendo ayudas a Madrid, esté reclamando 10 millones de euros por vía judicial a los regantes de la Costa Noroeste de Cádiz, centro neurálgico de la flor cortada en Andalucía. No se puede estar con el mazo dando y a Dios rogando”. Como ha denunciado COAG en multitud de ocasiones, la Junta de Andalucía reclama 10 millones de euros a agricultores de la Costa Noroeste por las obras realizadas en los regadíos hace más de treinta años, una deuda que nunca se les comunicó y que no reconocen.
Por último, Luis Manuel Rivera hace mención a la ayuda que solicitan a los Ayuntamientos, que también deben poner su granito de arena para ayudar a este sector clave, “quedando exentos los agricultores en pérdidas como consecuencia de la pandemia de coronavirus del pago de IBI de sus viviendas y explotaciones agrarias”.
Esta organización recuerda que la obligada suspensión de fiestas y eventos sociales -congresos, bodas, bautizos, comuniones, etc…-, y la puntilla de la cancelación de las procesiones de Semana Santa y las ferias, ha herido de muerte a un sector que ya estaba en la cuerda floja y que en estas fechas, precisamente, se encontraba en una fase crítica con la mayor producción. “Si no nos ayudan –concluye-, vamos a desaparecer, porque en este sector llevamos muchos años al límite de nuestras fuerzas, por eso nos tenemos que endeudar para poder afrontar las campañas”.
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