Javier de Montini escribe sobre Anónimos Infinitos de Marina Bernal
¡MARINA BERNAL! Periodista total, popular por moverse desde hace no pocos años en canales de televisión nacionales, autonómicos y locales como experta en crónica social, pero trabajando también la radio, las revistas y los diarios, Marina Bernal Guerrero (Sevilla, 3/10/1968) acaba de publicar «Anónimos infinitos. Microrrelatos de la vida» (edición de Sevilla Press), una gavilla de historias breves de personas reales aunque ella haya preferido ocultar su identidad.
Sus microrrelatos son vidas cotidianas que Marina, atenta observadora de lo que pasa en la calle, nos cuenta en retazos muy concretos y sorprendentes. ¿Hay algo más interésante este mundo que la vida? Nada. De ahí que comienzo el libro con «La vida, la mejor historia» dejándonos muy claro que «vivir es mucho mejor que soñar… aunque duela». E insiste al describir a otra mujer que descubre su capacidad iluminada de adaptación a las circunstancias, eso si, manteniendo que «mi aspiración es llegar a vivir despacio, estoy cansada de correr, llegar a todos sitios deprisa, marcharme corriendo y volver a correr, creo que ha llegado el momento de empezar a vivir despacio».
Oyeme, Marina, bien podrías aplicarte la reflexión a ti misma ¿si? Porque en el ejercicio de nuestro oficio de periodistas siempre te recuerdo, sin cámaras o con cámaras al hombro, con prisas para dar la primera tus informaciones y tus fotos, ¿o no? Lógico, ¡una profesional! Y jamás con cara de enfado, sino con esa sonrisa alta y rubia, que bien podría una de «esas sonrisas, tan bonitas, que parecen tatuadas..» de persona que va disfrutando por doquier» y con unos «ojos verdes» de los que nos dices, y nadie mejor que tu eterno compañero de faena en Sevilla Press para atestiguarlo, que «mirar sus ojos era encontrar la felicidad».
Al pasar de tus microrrelatos anónimos a los «con nombre propio», confieso que me he emocionado al evocar vivencias con Rocío Jurado, la Chipionera, bien sé que tú eres casi de Chipiona, con Jesús Quintero «el loco de la colina», con Nieves Herrero, con Juan Tortosa, con Cristina Morató, con Maria Jiménez «Se acabó y aquí abrimos otras puertas».
Para terminar tu libro nos das unas pinceladas «Y Sevilla..» con ese color especial que lleva «el perfume de Sevilla, el olor a azahar al que todos cantan, el que todos buscan…» Y corto no sin decirte que leer tus «Anónimos infinitos» es uno de esos tus «abrazos recetados» de «corazón con corazón, calor humano» que siempre te hacen sentir mejor. ¡Ah! ¡Gracias, Marina, por tu «excesiva» dedicatoria! (Fotos de Sevilla Press).
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