El porqué de la relación de Chipiona y Sanlúcar de Barrameda con la población de Villa Rica de la Veracruz. (La población diseminada de La Jara 1ª parte)
Por Juan Luis Naval. Cronista de la Villa.
Durante la colonización de América y hasta final del siglo XIX, siempre hubo un contacto de estas poblaciones con Villa Rica de la Veracruz. El recorrido del famoso «Galeón de Manila» no se realizaba directamente desde Manila para España como podrían pensar algunos, sino desde Veracruz, dado que su derrotero era: Manila – Acapulco, Acapulco – Veracruz por tierra, Veracruz – La Habana, y La Habana – Sevilla.
Según Luis Benítez Carrasco1, cuando la colonización de América, muchos de los tripulantes que viajaban en las naves que iban hacía Méjico al llegar al Puerto de San Juan de Ulúa, junto a la Villa Rica de la Veracruz (población fundada por Hernán Cortés al comenzar la conquista de aquellas tierras), desertaban de sus navío y huían. Después se asentaron y fundaron poblaciones como Antón Lizardo y Alvarado.
A pocos kilómetros se encuentra Punta Lizardo, junto a la cual, al noroeste en aquel mar de Méjico, a corta distancia de la orilla, existen unos arrecifes. Unas pequeñas islas a las que estos hombres muchos de ellos procedentes de esta zona, Chipiona, Sanlúcar, etc, nombraron «Salmedina», “De Enmedio”, Anegadilla de Afuera y el Cabezo.
Estos hombres descendientes de los habitantes de la Playa de la Jara y que formaron familias allí en Méjico, tomaron para sí el nombre de «Jarochos»2, que curiosamente se sigue llamando a los habitantes de Veracruz.
Esta circunstancia no sólo se dio en Veracruz. En Panamá, a unos cien kilómetros de la ciudad de Panamá, se encuentra el Parque Nacional de Portobelo, donde en sus inmediaciones se halla un lugar denominado también “Arrecife Salmedina”.3
En el Caribe colombiano existen una serie de bajos arrecifales en el área de Cartagena, entre ellos están el Bajo Imelda, Tortuga, Burbujas, Octubre Rojo y “Salmedina”.4
En Honduras existen otra serie de bancos denominados: “Banco de Salmedina”, Providencia, De Coral, Cabo Falso, Rosalinda y Serranilla.5
Todas estas alusiones referentes al vocablo Salmedina, por una lógica explícita se deben a que los navegantes que iban en las tripulaciones de los descubridores, al ver estos islotes o escollos, le traían a la memoria lo que tantas veces habían visto al partir de la costa gaditana.
No tendría lógica alguna, aunque no se puede desdeñar ninguna hipótesis, que a marineros procedentes de otros lugares de España como Galicia, Santander, Vascongadas u otro lugar de la costa, se le viniese a la memoria precisamente el islote de Salmedina para compararlo con lo que estaban divisando en esos momentos en estas zonas de América.
Sin embargo, tenemos un ejemplo claro de todo lo contrario: en cierta ocasión el capitán de un barco vasco, al pasar por la costa de Chipiona y divisar el islote de Salmedina lo compara con el famoso «Ratón de Guetaria»6, pues al ser un marinero vasco lo primero que se le venía a la mente era precisamente lo que estaba acostumbrado a ver en su tierra.
Para tratar de aclarar un poco el porqué del vocablo Salmedina tanto en Chipiona como en Veracruz es necesario saber significado y el origen de la palabra Salmedina:
Salmedina que en un tiempo fue la entrada de acceso al río Guadalquivir es en la actualidad un arrecife situado a unos tres kilómetros aproximadamente de la tierra firme; hace dos mil años era el extremo de una península de tres kilómetros de longitud, como puede verse por los pequeños arrecifes existentes hoy entre Salmedina y la Punta del Perro, tales como la llamada «Laja de Enmedio», etc, muestras de las considerables proporciones que el mar ha ido avanzado por esta parte de la costa de Chipiona en el transcurso de los años.
A causa del peligro que significaba y significa para la navegación, el arrecife de Salmedina se indica en todos los portulanos antiguos y modernos.7
D. José Antonio Calderón Quijano, nacido en Puebla de los Ángeles (México) en 1916 – m. en Sevilla 1995, Decano de la Universidad de Sevilla y amante de nuestro pueblo Chipiona, de hecho pidió ser enterrado en el cementerio de Chipiona, decía que el vocablo de origen árabe Salmedina, significa «centinela» que hace entrar a los navíos con algún recelo y cuidado. Añadiendo además, que allí dan fondo los galeones y flotas que vienen de Perú y Nueva España, y aguardan la marea para subir el río arriba, a descargar a Sevilla, que de aquí queda catorce leguas al septentrión.8
Posiblemente este origen árabe del vocablo Salmedina lo tenemos en sahib al-madina:
Durante la dominación árabe se denominaba sahib al‑madina al regidor o prefecto de la ciudad, es probable que el sahib al‑madina tuviera mando en la administración y en la policía urbana, había un magistrado con este nombre, no solo en Córdoba, sino también den Madinat al‑Zahra y en al‑Zahira, cuando el soberano tenía que ausentarse de su capital o residencia para una campaña militar o por cualquier otro motivo, dejaba a uno de sus hijos como lugarteniente para resolver los asuntos, y el sahib al‑madina tenía la obligación de estar siempre a su lado.
Si indagamos en los libros de geografía, historia y diccionarios la palabra más parecida que encontramos a nuestra Salmedina es «Zalmedina» y nos dice lo siguiente: En las ciudades de la Edad Media, magistrado con jurisdicción civil y criminal en una ciudad.
El papel del señor de la ciudad sahib al‑madina debía de revestir cierto relieve puesto que después de la caída del califato, el cargo estuvo siempre cubierto, y el título quedó en Aragón y Navarra, desde finales del siglo XI, bajo la forma de zalmedina, para designar a un magistrado urbano, nombrado por el rey cristiano y provisto de atribuciones administrativas y judiciales.
En la organización judicial de la España omeya le correspondía aplicar las penas que la jurisdicción religiosa o la administrativa dictaba contra los delincuentes objeto de condena.9
En la época del emirato, el zalmedina era el regente en ausencia del califa, y los jueces (cadíes o qadis), que ejercían sus funciones de acuerdo con el Corán y con la interpretación de la escuela malikí.10
Juan Luis Naval Molero Cronista Oficial de la Villa de Chipiona.
Para ver anteriores publicaciones:
http://chipionacronista.blogspot.com.es/
Leave a reply