La Julia
Por Juan Luis Naval. Cronista de la Villa.
Situada en el término de Rota, próxima a Chipiona se encuentra la «Casa de San Lorenzo» o «La Julia», actualmente muy abandonada y derruida.
Es una construcción de arquitectura neomudéjar con huecos con arcos de herradura y un torreón octogonal, muy similar en sus esquemas al palacio ducal de Sanlúcar de Barrameda, atribuido al arquitecto de los Duques de Montpensier D. Juan Talavera de la Vega, pionero del estilo neomorisco. La obra del edificio está realizada de mampostería de cantos de piedra y ladrillo fino. En el torreón se utiliza el uso de fábrica mudéjar de hileras de ladrillo macizo y sillarejos de piedra.
El lugar de emplazamiento es perfecto y los atardeceres allí son espectaculares. La casa se identifica rápidamente desde lejos por su distintiva torreta y no pasa inadvertida a las miradas curiosas. Su cercanía con Chipiona hace que el chipionero se lo tome como algo identificativo o propio, no pocos pintores de nuestro pueblo le han dedicado algunos de sus óleos a este edificio. La casa conocida como «La Julia» o «Casa de San Lorenzo», está localizada al NW del Término Municipal de Rota, ya próximo al de Chipiona, latitud 36º 41 636’ N, longitud 6º 23 470’ W.
Algunos cuentan que había sido la casa del guarda de lo que fue el «Coto de caza de Torrebreva», otros cuentan otra historia del Duque, aunque sin confirmar documentalmente para que pueda darse credibilidad a ello.
Estos terrenos pertenecieron a D. Antonio de Orleans, Duque de Montpensier, que seducido por Sanlúcar de Barrameda, acabó afincándose en estas tierras hasta el día de su muerte.
D. Antonio fue hijo de rey, padre de reina, cuñado de reina, miembro de dos dinastías reales y pudo fundar una tercera dinastía como rey de Ecuador, Perú y Bolivia; pero que quiso, y no pudo, ser Rey de España.
Por eso, sus restos mortales no descansan en el Panteón de Reyes del Monasterio del Escorial (yacen al lado, en el Panteón de Infantes).
El Duque era hijo de Luís Felipe I, último rey de Francia que en 1848 se vio abocado a abdicar debido a la revolución francesa, realizando un periplo forzoso con su padre primero a Inglaterra para después pasar a España, instalándose en principio en Sevilla con su esposa Luisa Fernanda. Más tarde visitarían Cádiz, El Puerto de Santa María y Sanlúcar de Barrameda, población por la que se quedó prendado, estableciendo su residencia en el Palacio de Orleans y Borbón cuando corría el año 1852.
En 1860 compró el coto de caza de Torrebreva, que convertiría en viñedos, actividad a la que se dedican en la actualidad dichos terrenos.
Después de esto, D. Antonio experimentó el destierro por causas que se salen del tema que nos ocupa, y no pudo regresar a España hasta pasados varios años. Corría el año 1876 cuando el Infante regresó a sus tierras de Torrebreva, muriendo en ellas el 4 de febrero de 1890 a causa de una apoplejía, cayendo muerto de su caballo en un lugar próximo a La Julia conocido como «La Tambora».
En este lugar existe una cruz que estaba emplazada entre unos árboles que señalaban el lugar del cenotafio (Monumento funerario en el cual no está el cadáver del personaje a quien se dedica). Actualmente, el camino que daba acceso a ese lugar ha quedado encerrado entre unos invernaderos y no es posible acceder a él.
Desde entonces entre los habitantes de Chipiona que eran quienes estaban más en contacto con esta finca por razones de trabajo principalmente han comentado siempre, sin poderse constatar, que D. Antonio de Orleans tenía una amante que se llamaba Julia, y que mandó construir una pequeña casa para ella, cuyos restos son los que vemos en estas fotografías.
Se habla de la casa del guarda, pero no parece lógico que el Infante encargara la construcción de una casa para el guarda al arquitecto de los Duques de Montpensier, el sevillano Juan Talavera de la Vega, arquitecto que alcanzó un notable prestigio en la segunda mitad del siglo XIX, el mismo que diseñó el «Palacio de Sanlúcar», o el conocido «Costurero de la Reina», en Sevilla.
«La Julia» es de estilo neo-mudéjar, el mismo estilo de los edificios reseñados, siendo posible que fuera un obsequio para la amante y que con el tiempo acabara siendo la casa del guarda.
Es de suponer también que cuando el Duque murió, a esta tal Julia, si es que existió, se le acabaría el beneficio y acabaría marchándose a no se sabe dónde, ocupando este lugar el guarda.
Cuando dejó de haber guarda, sobre los años 70 aproximadamente, comenzó a deteriorarse por las razones por las que se deterioran las casas, esto es, la falta de mantenimiento, las condiciones ambientales y el gamberrismo. Ya que a muchos les daba por pintar las paredes, los drogadictos por pincharse en ese lugar, etc. El interior está lleno de basura con restos de comida y envases de plástico. Incluso el pozo que tenía la casa quedó cegado por la basura.
Triste destino el de la Julia, lejos de conservarse como debiera, ha sido víctima de los tiempos que corren. En cierto momento, hace ya años, tuve la ocasión en una reunión de asociaciones culturales celebrada en Rota de exponer la situación en que se encontraba este edificio, encontrándome con la sorpresa de que por la lejanía del lugar, más próximo a Chipiona que a Rota, la mayoría de la gente lo desconoce y no se identifica con él.
Juan Luis Naval Molero Cronista Oficial de la Villa de Chipiona
Para ver publicaciones anteriores:
http://chipionacronista.blogspot.com.es/
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