El hombre, ese cerebro inconsciente y maleable.
Por Manolo Ávila Durán
Es discutible analizar al hombre como ser inteligente y progre; otra cosa más lógica sería a mi modesta opinión analizarlo como ente de mediana inteligencia y conservador.
Y digo esto, en el buen sentido hacia su defensa, defensa que sin ir más lejos empieza por valorar su larga y dilatada existencia, que de lo contrario, ya habría desaparecido.
El hombre no por conservador es menos persona, sólo que ese principio intrínseco lo convierte en inteligente.
Comienza alocado y rebelde, tropezando y cayendo, o saltando de un lugar a otro. Pero cuando empieza su maduración va afianzando sus criterios, valores e intereses.
Lo que le gusta y lo que no, lo bueno y lo malo con arreglo a su trabajo, su inteligencia y su físico.
Y así poco a poco, se va amoldando a la estructura social en la que vive en ese momento, del que termina haciéndose asiduo dependiente, aún sin estar totalmente de acuerdo con ella.
Más tarde elige su convivencia familiar, sólo o acompañado, en el color o en el sexo. (La mente del hombre) Cuando digo hombre lo digo en plural, hombre y mujer. Pues bien, la mente es conservadora, elige al mejor de la manada, al que te dará la mayor estabilidad y la mejor y más saludable prole.
Pues bien, esa mente se está atrofiando, perdiendo su norte, eso puede ser fatal para el futuro de la raza humana.
Como decía al principio, el ser humano como hombre está perdiendo la cabeza y el norte, en el buen sentido de la palabra.
Los principios que marcaron su permanencia en la tierra van cayendo como un castillo de naipes, sin darse cuenta aplica valores superficiales para vivir experiencias confusas, anteponiendo a estas las que nos han llevado hasta llegar a estos días.
Al parecer alguien quiere que esto sea así, lo presiento, los cambios lo demuestran. ¿Existen intereses para que esta civilización mengüe, se debilite? ¿Quienes son los nuevos gurús del Siglo XXI? ¿Qué quieren hacer con nosotros? ¿Vive y sé feliz la vida es corta, ese es su eslogan?
Ellos nos la harán aún más corta. Piénsalo no te fíes.
Manolo Ávila Durán
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