Constituida la plataforma en defensa de los faros
En Galicia, en Valencia, en Baleares, en Andalucía… a los faros españoles Puertos del Estado les ha puesto precio. Se ofrecen al mejor postor para convertir en negocio lo que debería ser Cultura, se ofrece para disfrute de unos pocos adinerados lo que debería poder disfrutar todos los ciudadanos.
Los organismos oficiales están (o deberían estar) para proteger y defender los derechos de los españoles. A los responsables del Ministerio de Fomento, como a todos los demás, les pagamos los españoles con nuestros impuestos para que defiendan lo que es nuestro, no para que hagan negocio con ello, pero a la vista está que quienes nos gobiernan no lo entienden así y parece que piensan que la única riqueza que existe en esta vida es la económica.
El proyecto de Puertos del Estado de convertir los faros españoles en hoteles o restaurantes es una buena muestra de ello. Hasta ahora, en diferentes puntos de España donde el faro se ha puesto en la lista de convertibles en hotel los vecinos y algunas asociaciones culturales se han levantado en contra de este proyecto: Ribadeo, Xábia, Mallorca, Trafalgar… pero si un faro español se convierte en hotel el faro, su historia y el patrimonio que representa no solamente lo pierden sus vecinos: lo perdemos todos, esté donde esté el faro. Por eso, en respuesta a la actitud de Puertos del Estado y para aglutinar a todos los ciudadanos y entidades que entiendan que las antiguas viviendas de los fareros deben ser centros lúdicos y culturales abiertos a toda la sociedad y no un simple negocio ha nacido la Plataforma Social y Cultural Conservación de Faros de España. Su objetivo es conseguir del Estado que los faros deshabitados se ofrezcan a organismos oficiales y entidades ciudadanas que, a cambio del mantenimiento del edificio, ofrezcan un servicio a la ciudadanía.
El problema de las antiguas viviendas de los fareros es su abandono por parte de las Autoridades Portuarias y el estado ruinoso en que pueden caer, pero Puertos del Estado puede mantener estas edificaciones históricas en perfecto estado sin tener que convertirlas en negocio para los de siempre, ya se ha hecho en algunos faros y puede hacerse en los demás.
A Puertos del Estado tenemos que decirle que su voz no es la única voz en este asunto, que también está la de los ciudadanos. Que los faros no son suyos, que son nuestros, y que por tanto no pueden venderlos ni alquilarlos sin nuestro consentimiento. Ahora existe un punto de encuentro, un punto donde aunar fuerzas, un punto donde hacer oír la voz de los ciudadanos, se llama Plataforma Social y Cultural Conservación de Faros de España.
Leave a reply