GENTE SIN ARREGLO
Alguien nos escucha en una de esas conversaciones batidoras que lo llevan todo metido: la crisis, Rajoy, Podemos, los bancos, el paro… Y hace una de las preguntas que me parecen propias del ADN de los imbéciles:
-¿Qué están, arreglando el mundo?
No, querido. Simplemente estamos hablando de lo desarreglado que está. Pero desde luego con quienes el mundo jamás tendrá arreglo será con gente como tú: las que tenéis el grupo sanguíneo de los pasotas, las venas estériles por las que jamás circulará una mínima corriente de inquietud. Eres de los que no se conforman con ser inútiles, sino que encima pretenden que los demás también lo seamos, que nos quedemos sin nuestras indignaciones y debates, sin nuestras ganas y energías para mejorar la vida, para cambiar el mundo. No lo estábamos arreglando, claro que no, hubiera saltado a la vista hasta para un miope como tú. Cambiar el mundo queda muy lejos de nosotros, los mortales corrientes y molientes que vemos secuestrado nuestro futuro a manos de vergonzosos poderes de todo tipo. Y de gente tan estúpida y pasiva como tú, capaz de tragarse, sin decir una palabra, toda esa asquerosa y repugnante papilla de la batidora.
Pepe Fuertes
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