Jarife realiza dos campañas de concienciación para evitar el daño a los corrales y las especies en la época estival
Radio-Televisión Municipal de Chipiona, 28 de agosto de 2014.
La concienciación es una actividad fundamental si se quiere conservar los corrales de pesquería de Chipiona, unas artes de pesca tradicionales que se han convertido en una seña de identidad de la localidad. A su valor medioambiental, los corrales suman una singularidad que los convierte en un recurso turístico fundamental.
Debido a la masiva afluencia de visitantes a las playas en época estival, la Asociación de Mariscadores Jarife, con el fin de preservar estas estructuras y las especies que en ellas habitan, ha organizado dos jornadas de concienciación, una el 20 de julio y otra el 17 de agosto, con puntos informativos situados en las zonas de La Laguna, Las Canteras y El Muelle. Para el desarrollo de estas actividades dirigidas a fomentar las buenas prácticas en los corrales, los mariscadores han contado con la colaboración del grupo CANS, y las asociaciones medioambientales Alvirima y Eriphia, así como del Ayuntamiento de Chipiona, participando el delegado de Medio Ambiente.
El objetivo de esta campañas, que también se han venido realizando en años anteriores, es dar a conocer y sensibilizar a los usuarios de las playas en general sobre las acciones que suponen un impacto negativo y una degradación del ámbito costero, de la zona intermareal y, por extensión, de los corrales de pesca, en especial en cuanto a la realización de actividades pesquero-marisqueras como el daño que se ocasiona con el uso de las camaroneras.
En este aspecto se ha explicado que la captura de inmaduros está prohibida por ley y que no existe límite de edad para cumplir dicha normativa, por lo que los mayores que acompañen a los más pequeños serán los responsables de sus acciones.
Así mismo se aconseja mantener las capturas en un recipiente ventilado y cambiar el agua frecuentemente para asegurar que los animales están oxigenados en todo momento. Las capturas realizadas que se lleven a casa morirán sin remedio, por lo que se recomienda arrojarlas vivas al mar antes de abandonar la playa.
Igualmente se informó a los ciudadanos que no se deben mover ni levantar las piedras de su sitio, ya que bajo ellas viven muchas crías que se protegen de otros animales de mayor tamaño y de los rayos de sol. También se ha insistido en que no se deben arrancar ostiones de las piedras ni de la pared del corral, ya que, además de existir el riesgo de sufrir heridas, se debilita la estructura.
Finalmente, se aconsejó atender siempre a los consejos del catador que es quien mejor conoce el lugar y el encargado de asegurar el futuro del corral.
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