Chipiona, 20 de enero de 2014.- La Delegación de Igualdad del Ayuntamiento de Chipiona ha trasladado su gran preocupación por el trágico comienzo de año en cuanto a sucesos de violencia de género. Tras haber cerrado 2013 con 52 mujeres asesinadas y con 61 y 72 en los dos años anteriores, el mes de enero de 2014 se sitúa como el más mortal desde 2006, con 6 mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas hasta la fecha. A estas cifras hay que sumar el gran número de las mujeres agredidas.

Igualdad explica que en Chipiona se trabaja a diario para erradicar este tipo de violencia, mediante atención directa y especializada a las mujeres de la localidad que padecen esta situación, a las que atienden profesionales debidamente formados. También se realiza una labor diaria en materia de prevención y sensibilización de la sociedad en general, además de las iniciativas promovidas por la Unidad de Empleo de Mujeres.

Desde este departamento, el Ayuntamiento de Chipiona se propone concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de educar en valores y en la igualdad en todas las edades. En este sentido, en los últimos años se ha incrementado significativamente el número de acciones en los centros educativos de secundaria con charlas y talleres sobre esta problemática.

En el informe anual queda constatado un importante aumento de las consultas, lo que ha obligado a destinar martes y jueves a la atención de problemas derivados de la situación actual de crisis, mientras que los casos de violencia de género son atendidos a diario con carácter prioritario. Para dar una respuesta más efectiva a cada caso concreto, se mantiene la coordinación continua con los organismos involucrados: juzgado, guardia civil y centro de salud.

La Delegación se queja de que, a pesar de todo el trabajo realizado, el departamento sigue recibiendo ataques en las redes sociales, muestra de que sigue sin respetarse esta problemática. Además, las trabajadoras de de Igualdad quieren dejar constancia de que no se consideran víctimas vulnerables a los ataques que reciben por parte de quienes no ven con buenos ojos que esta problemática se trate con seriedad, profesionalidad y respeto. Las trabajadoras manifiestan que su silencio profesional, y el sigilo que se exige en el tratamiento de estos casos, unido a la protección de la intimidad de las víctimas, no debe dar lugar a que cierto colectivo, lo interprete como una puerta abierta a las descalificaciones y ataques que han sufrido durante los últimos años, sobre todo cuando esos ataques vienen de personas que interesadamente utilizan el morbo de la violencia de género en beneficio propio.