Expectación en Chipiona ante la presentación de la segunda edición de “LA ULTIMA NOCHE” de Francisco Gallardo
“La última noche”, de Francisco Gallardo Rodríguez y premio Ateneo de novela histórica 2012, y que fue el libro más vendido de la última Feria del Libro de Sevilla según fuentes editoriales y libreros, será presentado en su segunda edición en Chipiona (Cádiz) en un acto que ha generado una gran expectación , organizado por el Ateneo de esta localidad, el próximo 17 de agosto. .El libro ha sido ya presentado en Sevilla, Madrid, Barcelona, Valencia, Santiago de Compostela, Huelva, Oviedo y Bilbao.
En esta ocasión, el acto se realizará en el Castillo de Chipiona a las diez de la noche en entrada libre y gratuita hasta completar aforo. La conducción correrá a cargo del director de Radiotelevisión de Chipiona, Cristóbal Ruiz, mientras que el libro será presentado por el profesor y periodista Juan Mellado.
Se trata de la segunda novela del autor tras el éxito de El Rock de la calle Feria que también fue presentado en Chipiona. “La última noche”, es un libro sobre la medicina musulmana en España, que ya está en las librerías con Miguel Ángel Rodríguez Matellanes y Charo Cuevas como editores y ha sido editada por la editorial Algaida.
Francisco Gallardo Rodríguez es médico de profesión, especialista en Medicina y Traumatología del Deporte. Ha desarrollado su carrera profesional en el Caja San Fernando de baloncesto, en la selección española de baloncesto, en el Club Sato Sport, en el Centro de Alto Rendimiento de la Cartuja, y durante veinticinco años ha investigado acerca de la Medicina en Al-Ándalus, lo que le llevó a crear su segunda novela “La última noche” donde este autor ha querido recrear la Sevilla almohade.
Para Paco Gallardo “La última noche” es su segunda novela publicada, ya que este novelista cuenta ya con otro gran éxito en la recámara “El Rock de la calle Feria”, novela sobre los ambientes roqueros de la Sevilla de los años 60 y 70.
Se considera a sí mismo como un médico que escribe. Y aunque su profesión es la medicina, el interés de Francisco Gallardo por las letras le ha llevado a escribir dos novelas y numerosos relatos cortos. La última noche es una obra sobre la Medicina en la España musulmana con la que ha sido galardonado con el V Premio Ateneo de Novela Histórica, dotado con 6.000 euros, concedido por unanimidad del jurado.
Éste autor sevillano del barrio de San Lorenzo que “asegura escribir porque no quiere olvidar lo que tiene en la memoria”, sacará al mercado en abril su segunda novela, de la mano de Algaida Editores. En ella Paco Gallardo, como es conocido familiarmente el autor, se remonta a la mitad del siglo XII entre Sevilla y el Norte de África. Sara, la protagonista, es una anciana que decide escribir las memorias de su juventud, momento durante el cual aplicó la medicina a las mujeres de Marrakech. Aparecen personajes históricos como Averroes, a quien conoce la protagonista en su estudio sobre la medicina.
Entrevista con Francisco Gallardo, sobre la Ultima Noche, premio Ateneo de novela .-
Se considera a sí mismo como un médico que escribe. Y aunque su profesión es la medicina, el interés de Francisco Gallardo por las letras le ha llevado a escribir dos novelas, “El Rock de la Calle Feria” publicada en 2008, finalista del XXXI Premio Tigre Juan de novela y “La última noche” galardonada con el V Premio Ateneo de Sevilla de Novela Histórica el pasado mes de enero y que sale ahora a las librerías.
En esta novela Paco Gallardo, como es conocido familiarmente el autor, se remonta al siglo XII y su acción transcurre entre Sevilla y el norte de África. Sarah Avenzoar, la protagonista, decide escribir sus memorias al final de su vida mientras presta sus servicios en la corte almohade de Marrakech.
“La última noche” recoge la historia un poco olvidada de Andalucía…
La novela transcurre entre Sevilla y Marrakech almohade, dos ciudades muy comunicadas en la época, entre ellas había un flujo constante de soldados, arquitectura, libros, pensamiento, ideas. Me interesó esa visión, sobre todo desde el punto de vista de la protagonista, una médico de mujeres y niños de los califas, que vivió entre Sevilla y Marraquech.
¿Intenta resaltar el valor de la mujer en una época y una sociedad en la que estaba a la sombra?
Sin duda, las crónicas de la época hablan de los hombres y de sus hazañas, pero de las mujeres apenas conocemos sus nombres, como mucho los hijos que tuvieron. Es intencionado, los datos de la novela que se atribuyen a los hombres son auténticos, recogidos de las crónicas de la época, los de las mujeres casi todos son ficción. No podía tirar de otras fuentes…
¿Cómo ha cambiado Sevilla desde entonces?
El cambio fue prodigioso, se puede seguir la huella de la transformación que hubo en la ciudad en la época almohade observando la cantidad de monumentos que se conservan. Fue la época en la que se construyó el Puente de Barcas sobre el Guadalquivir, el Palacio de la Buhaira, el Alminar, la actual Giralda, se amplió el Alcázar fortificándolo, se reforzaron las murallas para protegerse del ataque de los cristianos y de las crecidas del río, En poco más de cincuenta años se transformó la ciudad. Luego vino la presencia cristiana que también dejó una huella artística muy importante para la fisionomía actual de la ciudad. Sin olvidar la época romana y visigótica. Pienso que es esa mezcla de culturas, lo que hace mágica a Sevilla.
¿Hemos perdido de algún modo esas señas de identidad?
A nivel religioso y político evidentemente, pero quizás lo que conservamos lo encontramos en el lenguaje. Si buscamos en el diccionario podemos ver numerosas palabras con raíces árabes que se utilizaban en aquellas épocas. Y también es verdad que ciertos rasgos se mantienen porque estuvieron aquí casi ocho siglos, su presencia fue muy importante, como la de otras culturas.
En su libro se habla de la construcción de la Giralda….
El Alminar, la futura Giralda se construye con arquitectos sevillanos, pero en aquella época la ciudad de Marrakech, donde residían los califas, estaba muy unida a Sevilla. Los mismos arquitectos, los mismos albañiles construían a uno y al otro lado del estrecho. El parentesco que existe entre la Koutoubia de Marrakech y la Giralda, me llamó mucho la atención. La similitud entre la ubicación de los Jardines de la Menara y el palacio de la Buhaira, los mismos conceptos urbanísticos. Esta novela la acabe prácticamente de escribir en Marrakech.
¿Qué se encontró en Marrakech?
La casualidad y la causalidad con la que se escriben las novelas. Me alojé con mi mujer y unos amigos en un “riad”, justo en la calle en la que murió Averroes atropellado por un carro, tenía previsto escribir sobre ello. Averroes es un personaje de la novela. Muy cerca estaba el cementerio donde fue enterrado provisionalmente antes de que sus restos fueran trasladados a Córdoba. Y encontré un plano de Marrakech a principios del siglo XIII en la biblioteca del “riad”…
¿Cómo definiría su novela en una sola palabra?
Vitalista, es una novela vitalista.
Baloncesto, Medicina y Literatura, han sido desde siempre sus pasiones.
Lo siguen siendo. El baloncesto ahora lo veo por televisión, pero me sigue entusiasmando. Es un deporte muy peculiar. Me ha dado mucho, amigos por toda España, gente maravillosa. La Medicina es una vía de conocimiento de la vida a la que no renunciaría nunca, mis pacientes me enseñan cada día, sin ellos la novela hubiera sido distinta. La Literatura me fascinó desde niño gracias a un profesor que me enseñó a amar las palabras. Impagable. Me considero un advenedizo como escritor, en realidad lo que me gusta más es leer. Libros de papel si es posible…
Una pregunta tópica, ¿por qué escribe?
Siempre me interesó mucho lo que contestaban a esta misma pregunta los escritores que admiro. Es complicado pero a la vez sencillo en mi caso, me siento mejor cuando estoy escribiendo, sobre todo una novela.
¿De dónde proviene el titulo de su novela “La última noche”?
El título viene de un poema del poeta palestino Mamut Darwish, me llamó mucho la atención porque el poema se refiere Al-Ándalus de cuando estaba la mezquita, pensé que este debía de ser el título porque tiene mucho que ver con la novela.
¿Qué le llevó a escribir esta novela?
El haber estado mucho tiempo investigando la medicina de Al-Ándalus y haber estudiado la cultura islámica aquí en Andalucía, me llevó a tener muchas ideas, tenía muchas nociones de la época y no quería en primer lugar que se me perdieran a mí, y luego vi que se podía convertir en una novela y esa fue la causa.
¿Le hubiera gusta aparcar la medicina deportiva para dedicarse profesionalmente al baloncesto?
Pues la verdad que tuve la opción de una cierta profesionalidad en mi época, pero opté por quedarme en Sevilla y acabar medicina, en ese momento pensé que no era bueno trasladarme a otra ciudad, vi que era prioritario estudiar medicina y no me arrepiento en absoluto, es más para mí es un orgullo haber sido un jugador puramente amateur y haber jugado solamente por afición, sin desmerecer a los profesionales claro.
¿Cómo piensa que la acogerá el público?
Espero que la acojan bien por lo menos con el cariño que le he puesto yo durante estos tres años que la he escrito.
Ganador de la V edición del Premio Ateneo de Sevilla de Novela Histórica,
¿Que sintió cuándo le comunicaron que su segunda novela había ganado el Premio Ateneo?
La verdad es que me puse muy contento porque han sido tres años muy intensos de un trabajo muy solitario, y en primer lugar, porque veía que la novela se convertía en realidad e iba ya a salir a la calle, y los personajes vivían y segundo el reconocimiento indiscutiblemente del Premio Ateneo, que es un premio que tiene mucho prestigio. Me dio mucha alegría, la verdad que estoy muy contento.
¿Se veía con posibilidades de ganar este premio?
La duda siempre la tienes, y hasta el último momento que sonó el teléfono, tenía más dudas que sorpresa.
¿Se siente un hombre de éxito?
No, en absoluto, me siento un escritor primerizo que he tenido la suerte de ir publicando, pero para mí el éxito es cuando un lector capta mi obra siente lo que yo he querido decir y se comunica con mi obra y entonces eso si me parece un éxito, el numero de de ventas es importante para que se vea la novela y si el libro no se mueve difícilmente se puede volver a publicar y desde ese punto de vista pues sí, pero no me considero en absoluto un hombre de éxito, ni como médico ni como escritor simplemente he tenido la suerte de poder publicar.
Su libro trata de la cultura musulmana en gran parte.
Si, la cultura islámica pero en la época de Al-Ándalus que era una mezcla nuestra y sobre los siete siglos largos de la presencia islámica en Andalucía.
¿Qué hábitos del ciudadano sevillano son propios de los musulmanes?
Lo más inmediato lo veo en el lenguaje muchísimas palabras que tienen raíces y se utilizaban ya en la época, sino igual de forma parecida y también veo a Sevilla como una fusión de culturas visigodas, de culturas romanas, de culturas islámicas y de culturas cristianas lo que me seduce de Sevilla es la mezcla de fusión, y claro que hay algo ahí, algo queda.
¿Qué le llamó la atención de la cultura musulmana para escribir sobre ello?
Hay un elemento sensorial importante, para mi es una cultura muy sensorial sin olvidar también otros aspectos de la época que tanto para los cristianos, como para los judíos, como para los musulmanes era una época muy bélica y en algunos casos muy crueles, eso no fue lo que principalmente me llamó la atención, pero si para mí tiene un cromatismo la cultura de aquella época que me fascinó bastante cuando escribí sobre ella.
Qué ha destacado el jurado del Premio Ateneo de Sevilla para otorgarle este premio tan significativo.
De lo que he tenido conocimiento es por la nota que luego se publica en el Ateneo de Sevilla y según su criterio es una novela que es fácil de leer y que está bien narrada, así que yo aprovecho la oportunidad para agradecer el jurado la consideración.
¿A quién le dedica este premio?
La novela está dedicada a mis padres pero el premio se lo dedico a todos mis pacientes.
Transcurre la novela en Sevilla.
Sí, la época de la Sevilla Almohade. La novela transcurre entre Sevilla y Marraquech almohade, dos ciudades muy comunicadas en la época. Compartían los mismos califas, los arquitectos estaban construyendo de manera conjunta las dos ciudades, había un juego constante y me interesó esa visión, sobre todo a la vista de la protagonista, una médico de mujeres y niños de los califas, que vivió entre Sevilla y Marraquech.
Sin duda le debemos muchas cosas…
Les debemos tanto como a los romanos, a la civilización cristiana, a mi me fascina no la época islámica sino la fusión de las tres.
Su concepción sobre el mundo islámico, ¿es igual de los habitantes de ahora que de los que poblaron Andalucía hace siglos?
Llevo muchos años investigando la medicina en Al-Ándalus y siempre me he acercado con mucho respeto a la cultura islámica. Con el que pedimos que se respete también la nuestra. La cultura islámica la he tocado desde un punto de vista documental para que le diera a la novela un aire, una esencia de cultura andalucista. He leído mucho y he aprendido que de leer otras culturas se ayuda a comprender la nuestra. Me ha servido para respetar, creo que el futuro está en el respeto de las culturas, si vamos por el camino contrario malo.
¿Cree que la sociedad tiene ese mismo pensamiento?
Estamos en una sociedad plural y esto es como todo…yo abogo por el entendimiento, que creo que debe de ser un valor común.
La medicina le ha ayudado para hacer historia… ¿Cómo la vincula a la novela?
La medicina está detrás porque forma parte de mi vida. Hice una tesis doctoral, investigué durante doce años la medicina en Al-Ándalus, y fruto de todo esto se refleja en la novela. No es una novela médica pero si hay una fiabilidad bastante grande de cómo era la medicina en la época, resultado de todo el trabajo de estudio.
Tanto el “Rock de la calle Feria” como ésta última “La último noche en esta tierra” son dos novelas de aventuras, ¿Les une algo más?
Las dos tienen que ver con mi vida, ambas tienen relación con los años que estuve investigando este tema. Eran personajes, acciones, viajes que realicé y lo escribí porque no quería que se perdieran. “El Rock de la calle Feria” era también una memoria de mi juventud.
Su época de estudiante le marcó…
Sí, porque fue una etapa de muchos cambios, muy peculiar, de todo menos tranquila. Desde el punto de vista narrativo daba mucho juego.
Después de dos novelas orientadas en épocas tan distintas y distantes, si tuviese que hacer una tercera,
¿Qué época retrataría?
Estoy escribiendo una tercera, pero tiene varios cortes históricos que coinciden con mi vida. Al fin y al cabo van a ser de los últimos 54 años. En parte, de los hechos de la historia de España pero no con mayúsculas, sino de las costumbres de la gente y como he vivido yo ese proceso.
¿Sevilla de nuevo como eje principal?
Habrá cambios, en las dos primeras tenía que pasar forzosamente por aquí pero ahora transcurrirá por muchos sitios.
Su etapa como escritor parece consolidarse cada día.
Bueno yo me considero un médico que escribe, escritor para mi es una palabra muy grande. Son escritores esos grandes autores que yo he leído, he admirado y admiro. Me considero un médico que escribe, que ha tenido suerte en esta época difícil, con los cambios que hay, las nuevas tecnologías, internet,.. Publicar en papel me hace bastante ilusión. Pero si es cierto que me tomo muy en serio la cultura, como un trabajo y no como un puro hobby, cada día le dedico tiempo a escribir.
La última noche
Francisco Gallardo
Algaida
Precio: 20 euros
Páginas: 504
ISBN: 9788498777727
Fecha: Mayo 2012
Sinopsis:
Al final de su vida, en el año 1195 de los cristianos y 589 de la Hégira, Sarah Avenzoar —nieta del famoso médico Abu Marwan Avenzoar y médico ella misma—rememora su infancia en Sevilla, rodeada de tratados de poesía y medicina: allí conoce a su abuelo Abu Marwan, recién llegado del destierro, y al ilustre Averroes, ante quien se hace merecedora de la iyaza, el permiso para atender y curar a mujeres y niños.
Con el paso de los años Sarah se desplaza a Marrakech y ejerce la medicina en el harén del califa, donde se verá envuelta en las intrigas políticas entre almohades y almorávides, y en las no menos peligrosas intrigas de las mujeres del harén, algunos de cuyos secretos podrían acarrearle la muerte.
Basada en el personaje histórico de la nieta de Avenzoar, La última noche es un viaje a la Andalucía del siglo XII y al imperio almohade que desde Marrakech gobernaba las dos orillas del Mediterráneo, un mundo fascinante donde la suntuosidad de Las Mil y Una Noches se mezcla con un inusitado desarrollo técnico y quirúrgico, de la mano de una de las primeras mujeres que practicó legalmente la medicina. Pero ninguna medicina puede curar las heridas del alma…
La saga de los Avenzoar
Amigos lectores me preguntan cuánto hay de verdad y de ficción en “La última noche”. El siguiente texto quizás pueda ayudar a contestarles.
“La última noche” es la memoria escrita de Sarah Avenzoar, musulmana del siglo XII, médico de mujeres y niños, cuya vida transcurrió entre Sevilla y Marrakech. Pertenecía a la ilustre saga de los banu Zuhr, los ibn Zuhr, los Avenzoar, seis generaciones consecutivas de médicos, la mayoría de ellos sevillanos que sirvieron a los emires almorávides y a los califas almohades durante el llamado Siglo de Oro de la medicina andalusí.
Los antepasados más remotos de la familia Avenzoar pertenecían a tribus del desierto de Arabia luego dispersas por tierras de Iraq y Yemen.
En Al-Andalus los primeros Avenzoar de los que se tiene noticia fueron juristas. El primer médico de la familia fue Marwan Abu´Abd Al Malik ibn Zhur del que desconocemos la fecha de nacimiento. Sabemos que desde Sevilla viajó a Bagdad y a Kairuán, en Túnez, donde estudió medicina. Se instaló en Denia cuando regresó a al-Andalus, donde se convirtió en un reputado médico. Sostuvo algunas opiniones médicas peculiares y extravagantes como prohibir los baños calientes por su acción venenosa. Hay quien afirma que murió en Denia, otros historiadores aseguran que en Sevilla.
Su hijo Abu al- Ala Ibn Zuhr (1060-1131), nació probablemente en Denia. Su vida transcurre entre el declive de los reinos de taifas y el imperio almorávide. Siendo muy joven sirvió en Sevilla a Al-Mutamid, el rey poeta, entrando posteriormente en la corte almorávide de Marrakech. Se le conoce algún texto literario pero sentía predilección por la medicina. Era experto en la elaboración de triacas que utilizaba en el tratamiento de distintas enfermedades y como antídoto. Utilizaba también los llamados medicamentos extraordinarios o especiales muy eficaces, que podrían tener, propiedades similares a las de las anfetaminas.
Su hijo Abu Marwan ´Abd al-Malik ibn Zuhr (1091-1161), abuelo de Sarah Avenzoar, heredó su cargo de médico en la corte almorávide de Marrakech. Es el Avenzoar más conocido, el médico más importante de al-Andalus. Algunos historiadores más o menos contemporáneos lo consideran el mayor médico de los musulmanes después del persa al-Razi, Rhazes, incluso de la historia después de Galeno. Nicolás Monardes escribe que nace en Peñaflor, a caballo entre Sevilla y Córdoba, otros autores afirman que nació en la medina de Sevilla, entre ellos León el Africano. Durante mucho tiempo, siglos, fue considerado como un médico judío, error que la prestigiosa Bibliotheca arábico-hispana (1760) de Casiri perpetúa.
Lo que es seguro que fue un extraordinario clínico, eminentemente práctico frente al carácter más filosófico, más teórico, de Averroes o Maimónides. Fue autor de numerosos tratados de medicina entre los que destaca su Kitab al-Taysir, Libro que facilita la terapéutica y el régimen. Texto escrito al parecer a instancias de Averroes, quien afirma en su Kulliyyat, Libro de las generalidades de la medicina, que para cualquiera que desee estudiar los tratados de terapéutica, el mejor de todos era el Taysir. Se discute si el médico cordobés fue discípulo de Avenzoar, seguro es que se conocieron y mantuvieron una difícil relación a caballo entre la competencia y la mutua admiración, mediada por los treinta años que lo separaban en edad. No en vano, Avenzoar discrepaba de la especulación filosófica, habitual entre los médicos de su tiempo, prefiriendo la vía experimental y dedicando buena parte de su tiempo a la cirugía, práctica menos habitual. Se negaba a enseñar Lógica a los estudiantes de medicina y en su al-Taysir critica con dureza a los sofistas.
La relación con Maimónides es más distante y no tenemos certeza de ningún encuentro entre Abu Marwan y el sabio judío de Córdoba. Se conocieron a través de los tratados escritos por ambos y tenemos constancia de que Maimónides utilizó los textos del médico sevillano para su formación médica.
Avenzoar fue un adelantado a su tiempo. En sus escritos describe al parásito de la sarna, los tumores mediastínicos y el abceso del pericardio que al parecer sufrió en sus propias carnes y se trató él mismo. También se ocupó de las erosiones intestinales, la parálisis de la faringe o la inflamación del oído medio. Fue uno de los primeros en recomendar la traqueotomía, y la alimentación artificial a través del esófago o el recto.
Corrigió anatómicamente a Galeno por lo que hay quien duda de que tal bagaje de conocimientos prácticos procedieran sólo de la observación, sin practicar disecciones de animales, práctica prohibida en su tiempo. En su obra hay numerosas alusiones a la importancia de la nutrición en la prevención y tratamiento de las enfermedades, con recetas detalladas y consejos prácticos para la adecuada preparación de los alimentos. Referencias a la importancia del ejercicio físico para conservar la salud e incluso alguna reflexión ecológica sobre la influencia que ejerce en la salud el aire viciado de los pantanos. En definitiva, un legado enciclopédico muy interesante, incluso visto desde la medicina de hoy, del que aquí sólo es posible dejar estos pequeños botones de muestra.
Avenzoar murió y fue enterrado en Sevilla. De una naghla en la espalda, a la altura el omóplato, similar a la que causara la muerte de su padre Abu al-Ala.
El cargo de médico de corte lo hereda su hijo Abu Bakr Muhammad ibn Zuhr (1113-1199) ya en pleno apogeo del imperio almohade. Abu Bakr fue también un prestigioso y semi clandestino poeta que al parecer no firmaba todas sus composiciones. En uno de sus poemas se refiere, en tono irónico, a los instrumentos quirúrgicos que utilizaba su padre y en otros, al estilo báquico, enaltece el vino y los placeres de esta vida. De sus escritos médicos, sólo tenemos referencia de un tratado sobre las enfermedades de los ojos, cuyo tratamiento preconiza a base de plantas medicinales.
Abu Bakr tuvo un hijo que también se dedicó a la medicina, Abu Muhammad ‘Abd Allah ibn Zuhr (1181-1205) nacido en Sevilla. Estudió y se formó con su padre para servir al califa almohade al-Nasir. Tras morir envenenado muy joven dejó dos hijos, uno de los cuales, Abu ‘l-’Ala “Muhammad ibn Zuhr continuó la tradición médica de la familia.
Hasta aquí los datos más o menos fidedignos que tenemos de los varones de la saga médica de los varones. ¿Y de las mujeres? Apenas que una hermana de Abu Bakr y una hija suya ejercieron de médicos de mujeres y que tenían un exhaustivo conocimiento de sus enfermedades. No es de extrañar, sabido es que la Historia con mayúsculas se ha escrito, la mayoría de las veces, con cálamo masculino. La historia con minúsculas es otro asunto. Sólo es posible acercarse a ella desde la ficción. La hermana de Abu Bakr se transforma en Umm Amr y su hija en Sarah Avenzoar. Con ellas se levanta el telón de “La última noche”. Las memorias de una mujer de la que no habla la historia.
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